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24th Novembro 2024
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Shema Israel Communities, é uma rede de Comunidades (sinagogas) de convicção messiânica, estabelecida em vários estados dos EUA, e em algumas cidades de alguns países como EUA, México, Guatemala, Costa Rica, Colômbia, Brasil e Espanha , na cidade de Málaga; As Sinagogas Shema Israel são estabelecidas com a visão de abrigar os Bney Anussim e aqueles que se identificam com Israel e o povo judeu. Cada comunidade está profundamente identificada com o Messias Judeu Yeshua haMashiach e os Escritos Apostólicos; Uma rede de congregações que observam a Torá, as Festas do Eterno e, claro, o Shabath e o Kasherut.

2015
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Parashá 39 Jukat

Números 19:1 – 22:1

Por Dr. K. Blad ©

Segunda edicion 2013-14 (5774

Prohibida toda reproduccion lucrativa

Aliyás de la Torá (cuando Jukat es leída por separado):

19:1-17

19:18 – 20:6

20:7-13

20:14-21

20:22 – 21:9

21:10-20

21:21 – 22:1

Maftir: 21:34 – 22:1

Haftará (cuando Jukat es leída por separado): Jueces 11:1-33

Jukat

significa “estatuto de”.

Comentarios

Primera aliyá, 19:1-17

19:2  “Este es el estatuto de la Torá que HaShem ha ordenado, diciendo: “Di a los hijos de Israel que te traigan una novilla roja sin defecto, que no tenga manchas y sobre la cual nunca se haya puesto yugo.” (LBLA revisada) – Este versículo dice que el mandamiento de la vaca roja es el juk, o la juká, más importante de la Torá. Como hemos dijo antes, los mandamientos de carácter juk son los que no tienen una explicación lógica o clara en la Torá.

Los mandamientos que tienen en nombre de juk o juká, están conectados de una manera especial con el Mesías. Como aquí tenemos la juká por excelencia, hay una conexión muy íntima en todo este rito con el Mesías.

Esta novilla tiene que nacer con un color diferente a las otras vacas. No puede tener dos pelos que no sean rojos. Cuando hay necesidad de un animal de este tipo, HaShem hace que nazca. La novilla tenía que tener al menos tres años de edad y no podía haber estado bajo un yugo. Los tres años hacen alusión a los 30 años de la edad que el Mesías tenía que tener cuando fue hecho un sacrifico para limpiar al pueblo. En el tiempo del segundo templo la novilla fue comprada por los fondos recogidos en la recolecta anual del medio shekel de cada judío.

Con las cenizas de esas vacas se prepararon las aguas de purificación, que fueron guardadas en las casas de los sacerdotes por todo el territorio de Israel, para que los que habían estado en contacto con algún muerto pudieran purificarse durante siete días, conforme al mandamiento. Hacía falta muy poca ceniza para mucha agua. Así que, las cenizas del sacrificio de una vaca duraban muchos años. Según la Mishná[1] y el Midrash,[2] en total se han sacrificado nueve vacas rojas en la historia de Israel. Las cenizas de la primera vaca duraban hasta el tiempo de Ezrá. Durante su tiempo se preparaba una segunda vaca. Durante el tiempo de Shimón HaTsadik fueron quemadas dos más, y otras dos fueron preparadas en el tiempo del sumo sacerdote Jojanán. Después de él hasta la destrucción del segundo templo fueron quemadas tres vacas, en total fueron nueve. Es posible que la décima sea en relación con la venida del Mesías.

19:3  “Y la daréis al sacerdote Elazar, y él la sacará fuera del campamento, y será degollada en su presencia.” (LBLA revisada) – En el tiempo del segundo templo había un altar fuera de las murallas de Yerushalayim, en el monte de los Olivos, enfrente de la entrada del templo, llamada “la dorada”. Desde ese altar había un puente que pasaba sobre el valle de Kidrón (Cedrón), donde estaban las tumbas de los israelitas que esperaban la venida del Mesías y la resurrección de los muertos. Ese puente se comunicaba directamente con la entrada oriental del templo y fue usado especialmente por los sacerdotes y los levitas cuando iban a entrar en el templo para ministrar. Si hubieran pisado sobre las tumbas en ese lugar, se hubieran contaminado, y tendrían que esperar siete días más para poder ministrar. El puente evitaba el contacto con la muerte, y así los sacerdotes y los levitas podían pasar directamente desde el altar donde se había quemado la vaca roja, hasta el templo. Ese altar estaba en una línea directa desde el arca en el lugar santísimo, pasando por el altar de oro en el lugar santo, el altar de bronce en el atrio y la puerta dorada de la muralla. No se podía comer de ese altar, es decir, los sacrificios o los restos de los sacrificios que fueron quemados allí, no podían ser ingeridos, como está escrito en Hebreos 13:10-13:

“Nosotros tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que sirven al tabernáculo. Porque los cuerpos de aquellos animales, cuya sangre es llevada al santuario por el sumo sacerdote como ofrenda por el pecado, son quemados fuera del campamento. Por lo cual también Yeshúa, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Así pues, salgamos a él fuera del campamento, llevando su oprobio.” (LBLA revisada)

Se habla aquí de “nosotros” en referencia a los judíos. Nosotros, los judíos, tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que sirven en el templo. Aquí hay una clara referencia al altar que todavía estaba en el monte de los Olivos cuando la carta fue escrita a los hebreos. En esa misma línea, que llegó desde el lugar santísimo, pasando por los tres altares y subiendo hasta el monte de los Olivos, nuestro Mesías Yeshúa fue ofrecido como un sacrificio expiatorio por los pecados de Israel y las naciones. En algún lugar del Monte de los olivos tenía que haber muerto, para cumplir la imagen que proyectaba la sombra en el culto del templo.

19:4 “Entonces el sacerdote Elazar tomará con su dedo de la sangre, y rociará un poco de sangre hacia el frente de la tienda de reunión, siete veces.” (LBLA revisada) – El sacerdote encargado de sacrificar la vaca roja recoge algo de la sangre en su mano izquierda y sumerge su índice derecho dentro de ella y salpica en la dirección de la entrada al templo que se puede ver desde la montaña. Esto nos muestra que el lugar donde fue quemada la vaca roja tenía que estar situado enfrente de la entrada de templo, en línea recta. Está escrito que los animales siempre tenía que ser sacrificados “delante de HaShem”, es decir, al oriente del lugar santo. Es como si el Eterno estuviera mirando desde el lugar santísimo pasando por el velo y luego hacia fuera, en dirección al occidente. Por lo tanto, también el sacrificio del Mesías tenía que ser hecho delante de la entrada del templo en Yerushalayim, en el monte de los Olivos, y no detrás del templo, como indican las dos tradiciones cristianas. La imagen que proyecta la sombra no puede indicar un lugar detrás del Eterno, a espaldas del templo porque todos los sacrificios tienen que ser presentados delante del Eterno, para que sean agradables, como está escrito en Levítico 1:3:

“Si su ofrenda es de ascensión del ganado, ofrecerá un macho sin defecto; lo ofrecerá a la entrada de la tienda de reunión, para que sea aceptado delante de HaShem.” (LBLA revisada)

En Levítico 3:7 está escrito:

“Si ha de presentar un cordero como su ofrenda, lo ofrecerá delante de HaShem.” (LBLA revisada)

En Levítico 6:25 está escrito:

“Habla a Aharón y a sus hijos y diles: “Esta es la Torá de la ofrenda por el pecado: la ofrenda por el pecado será ofrecida delante de HaShem en el mismo lugar donde el ofrenda de ascensión es ofrecido; es cosa santísima.” (LBLA revisada)

19:5  “Luego la novilla será quemada en su presencia; todo se quemará, su cuero, su carne, su sangre y su estiércol.” (LBLA) – Toda la vaca es quemada lo cual habla de la entrega total del Mesías Yeshúa.

19:6  “Y el sacerdote tomará madera de cedro, e hisopo y lana carmesí, y los echará en medio del fuego en que arde la novilla.” (LBLA) – Los tres objetos, madera de cedro, hisopo y lana carmesí, tenían que ser añadidos para producir las cenizas que luego fueron mezcladas con el agua para que sirvieran de purificación. De esto se puede suponer que el madero horizontal sobre el cual el Maestro fue colgado, era de cedro.

Es probable que Yeshúa haya sido colgado en un árbol, posiblemente en una higuera, que crecía en el monte de los Olivos. Adam y Javá tomaron hojas de higuera en el lugar donde se introdujo el pecado, cerca del árbol de la ciencia que probablemente estaba en el monte de los Olivos, cf. Génesis 3:7. Yeshúa maldijo una higuera cuando pasó por ese camino al entrar en la ciudad poco antes de su muerte, cf. Marcos 11:21. Estas cosas indican que él puede haber sido colgado en una higuera, y los dos ladrones en el mismo árbol, uno a la derecha y otro a la izquierda, cf. Lucas 23:33. Es lógico llegar a esta conclusión por el hecho de que cuando el soldado romano iba a romper las piernas de los tres colgados, se fue primero a uno de los ladrones y luego a otro, y finalmente llegó a Yeshúa y vio que ya estaba muerto, cf. Juan 19:32-33. Si los tres hubieran estado en una línea, con Yeshúa en medio, no tiene sentido que el soldado haya saltado sobre el Maestro para ir de un ladrón a otro. Lo más lógico es que hayan sido colgados como en un triangulo en el mismo árbol. El palo horizontal, sin embargo, parece haber sido de cedro, según este texto.

El hisopo se usaba para la purificación, para rociar la sangre y el agua. Se usó en la salida de Egipto para untar sobre las puertas. Se usó en la purificación de los “leprosos” y aquí se usa otra vez para purificar de la contaminación de la muerte.

En Hebreos 9:19-22 está escrit

“Porque cuando Moshé terminó de promulgar todos los mandamientos a todo el pueblo, conforme a la Torá, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y a todo el pueblo, diciendo: ESTA ES LA SANGRE DEL PACTO QUE DIOS OS ORDENÓ. Y de la misma manera roció con sangre tanto el tabernáculo como todos los utensilios del ministerio. Y según la Torá, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.” (LBLA revisada)

En el Salmo 51:7 está escrito:

“Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve.” (LBLA)

En Juan 19:29 Está escrito:

“Había allí una vasija llena de vinagre; colocaron, pues, una esponja empapada del vinagre en una rama de hisopo, y se la acercaron a la boca.” (LBLA)

El hisopo fue utilizado en relación con la muerte del Mesías conectándole así con la liberación de Egipto, la purificación de tsaráat (“lepra”) que simboliza el pecado, la purificación de la impureza ritual producida por el contacto con la muerte y la introducción de los hijos de Israel en el pacto.

La lana carmesí nos habla de la sangre, y alude a la muerte del Mesías. En el comentario de la parashá 28 Metsorá, sobre Levítico 14:4, hay más detalles sobre el significado de los tres elementos usados para esta purificación.

19:9  “Entonces un hombre que esté limpio juntará las cenizas de la novilla y las depositará fuera del campamento en un lugar limpio, y la congregación de los hijos de Israel las guardará para el agua para la impureza; es una ofrenda por el pecado.” (LBLA) – Las cenizas de la vaca roja fueron divididas en tres partes: una parte fue puesta en el monte de los Olivos, otra parte fue colocada en el jel, el área que rodeaba el atrio del templo y otra parte fue dividida entre los 24 grupos de los sacerdotes que servían en el templo. Según la Mishná,[3] la parte de las cenizas que estaban en el monte de los Olivos fue utilizada para consagrar a los sumos sacerdotes para poder preparar otras vacas rojas. Las cenizas que fueron guardadas en el jel servían para las generaciones futuras, según ordena este versículo. Las cenizas que estaban entre los sacerdotes en la tierra de Israel servían para que pudieran purificarse los hijos de Israel que estaban en las demás ciudades.

En Juan 2:1-12 está escrito:

“Al tercer día se celebró una boda en Katné de Galil, y estaba allí la madre de Yeshúa; y también Yeshúa fue invitado, con sus discípulos, a la boda. Cuando se acabó el vino, la madre de Yeshúa le dice: No tienen vino. Y Yeshúa le dice: Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora. Su madre dice a los que servían: Haced todo lo que él os diga. Y había allí seis tinajas de piedra, puestas para ser usadas en el rito de la purificación de los judíos; en cada una cabían dos o tres cántaros. Yeshúa les dice: Llenad de agua las tinajas. Y las llenaron hasta el borde. Entonces les dice: Sacad ahora un poco y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, y como no sabía de dónde era (pero los que servían, que habían sacado el agua, lo sabían), el maestresala llama al novio, y le dice: Todo hombre sirve primero el vino bueno, y cuando ya han tomado bastante, entonces el inferior; pero tú has guardado hasta ahora el vino bueno. Este principio de sus señales hizo Yeshúa en Katné de Galil, y manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él. Después de esto bajó a Kefar Najum, él, con su madre, sus hermanos y sus discípulos; pero allí no se quedaron muchos días.” (LBLA revisada)

Las seis tinajas, que fueron usadas por el Maestro para transformar agua en vino, eran las que normalmente se usaban para la purificación de los judíos que habían entrado en contacto con algún cadáver. Las cenizas de la vaca roja fueron mezcladas con mucha agua. Cada tinaja contenía dos o tres cántaros. Un cántaro equivale a unos 40 litros de agua. Así que con las seis tinajas llenas de agua, hubo una transformación de unos 600 litros de agua en vino. Se ve que la boda se hizo en la casa de algún sacerdote.

19:16 “De igual manera, todo el que en campo abierto toque a uno que ha sido muerto a espada, o que ha muerto de causas naturales, o que toque hueso humano, o tumba, quedará impuro durante siete días.” (LBLA) – No sólo el contacto físico con un cadáver produce impureza ritual de primer grado, sino también por tocar hueso humano, aunque sea viejo, o pisar sobre una tumba. Esta es la razón por la que se blanqueaban los sepulcros, para que nadie los pisara y quedara impuro innecesariamente. Ese tipo de impureza ritual no es eliminada al menos que uno pase por una semana de purificación y sea rociado en el tercer día y en el séptimo día con el agua purificadora. En el séptimo día hay que sumergirse en una mikvé y así uno se vuelve puro al caer la tarde, cf. v. 19.

19:17 “Entonces para el impuro tomarán de las cenizas de lo que se quemó para purificación del pecado, y echarán sobre ella agua viva en una vasija.” (LBLA revisada) – Para que el agua pueda ser viva tiene que venir naturalmente de una fuente natural, como la lluvia o una fuente subterránea. Si toca algún material que pueda volverse impuro, como metal, madera o barro, ya no es agua viva. Esto nos explica la razón por la que guardaban esta agua purificadora en tinajas de piedra y no de barro.

Hay varias similitudes entre la vaca roja y el becerro de oro. Al igual que el polvo del becerro de oro que había pasado por fuego fue mezclado con agua que fue dada a los hijos de Israel, aquí las cenizas de la vaca roja son mezcladas con agua y luego aplicadas sobre los hijos de Israel. Como el becerro de oro fue hecho con oro que habían aportado los hijos de Israel, así la vaca roja es comprada del medio shekel entregado al templo por los israelitas una vez al año.

Segunda aliyá, 19:18 – 20:6

19:19 “Entonces el puro rociará sobre el impuro al tercero y al séptimo día; al séptimo día lo purificará de la impureza, y él lavará su ropa y se bañará en agua, y quedará limpio al llegar la tarde.” (LBLA) – Sólo un hombre ritualmente limpio podrá rociar sobre los otros para que sean purificados.

En Ezequiel 36:24-30 está escrito:

“Porque os tomaré de las naciones, os recogeré de todas las tierras y os llevaré a vuestra propia tierra. Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis mis ordenanzas poniéndolas por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; y seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. Os libraré de todas vuestras inmundicias; llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no traeré hambre sobre vosotros. Y multiplicaré el fruto de los árboles y el producto del campo, para que no recibáis más el oprobio del hambre entre las naciones.” (LBLA)

Se necesita una semana para purificarse del efecto de la muerte. En el octavo día uno ya está limpio. De la misma manera el mundo pasará por 7000 años de proceso de purificación, y después habrá justicia, sin muerte. El tercer día corresponde al tercer milenio desde Adam, cuando los hijos de Israel salieron de Egipto y recibieron la Torá que purifica. Para el séptimo milenio vendrá el Mesías para purificar, no solamente a los que han tocado los muertos, sino a los muertos mismos que serán resucitados. Aquí se habla de dos momentos muy importantes en la historia, la primera y la segunda redención, en el tercer milenio y en el séptimo.

19:20 “Pero el hombre que sea impuro y que no se haya purificado a sí mismo de su impureza, esa persona será cortada de en medio de la asamblea, porque ha contaminado el santuario de HaShem; el agua para la impureza no se ha rociado sobre él; es impuro.” (LBLA revisada) – La pena de caret sólo cae sobre la persona que haya entrado en el santuario en el estado de impureza.

19:21 “Por tanto será estatuto perpetuo para ellos. Y el que rocíe el agua para la impureza lavará su ropa, y el que toque el agua para impureza quedará impuro hasta el atardecer.” (LBLA) – Todos los que estaban preparando las cenizas de purificación se quedaron impuros en el proceso de preparación, cf. vv. 7-8. Sin embargo, el versículo 19 habla del puro que tiene que rociar sobre el impuro en el tercer día y el séptimo día. De ese versículo los sabios del Talmud[4] interpretan que el que rocíe el agua purificadora no queda impuro. Por esto, el versículo 21 se entiende como hablando del que porte el agua y del que toque el agua. El que porta el agua obtendrá una impureza más severa de manera que incluso su ropa se quede impura y por lo tanto necesita ser sumergida en una mikvé. El que sólo toca el agua no necesita pasar su ropa por la mikvé. El que toque el agua purificadora se vuelve impuro. Es una aparente contradicción que no tiene una explicación inmediata. Sin embargo, esto nos habla de Yeshúa que tomó nuestro pecado y nuestra muerte de manera que quedó impuro por causa nuestra para que nosotros podamos ser purificados por medio de él, como está escrito en 1 Pedro 1:2:

“según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Yeshúa el Mesías y ser rociados con su sangre: Que la gracia y la paz os sean multiplicadas.” (LBLA revisada)

En 2 Corintios 5:21 está escrito:

“Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en él.” (LBLA)

Después de la resurrección, Yeshúa el Mesías tenía que pasar los siete cielos para así ser purificado de la impureza que había obtenido en la muerte y poder entrar en el lugar santísimo en el tabernáculo celestial, cf. Hebreos 4:14; Efesios 4:10. Los siete cielos representan los siete días de purificación después de haber estado en contacto con la muerte. De esa manera el Padre purificó a Yeshúa en el momento de la ascensión, cf. Zacarías 3:3-4.

20:1-2 “Los hijos de Israel, toda la congregación, llegaron al desierto de Tsin en el mes primero; y el pueblo se quedó en Kadesh. Allí murió Miriam y allí la sepultaron. Y no había agua para la congregación; y se juntaron contra Moshé y Aharón.” (LBLA revisada) – Según el Talmud,[5] Miryam murió el día 10 de Aviv, a los 125 años. Después de la muerte de Miryam se secó el agua de la fuente. Según el Talmud[6] y el Midrash,[7] la fuente de agua que seguía a los hijos de Israel en el desierto fue dada por los méritos de Miryam. Cuando ahora ella se murió se secó la fuente, y el pueblo se quedó sin agua.

En 1 Corintios 10:4 está escrito:

“y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía; y la roca era el Mesías.” (LBLA revisada)

Tercera aliyá, 20:7-13

20:8 “Toma la vara y reúne a la congregación, tú y tu hermano Aharón, y hablad a la peña a la vista de ellos, para que dé su agua. Así sacarás para ellos agua de la peña, y beban la congregación y sus animales.” (LBLA revisada) – Esta vez Moshé tenía que hablar a la peña, no golpearla como la otra vez, cf. Éxodo 17:6.

20:10-11 “y Moshé y Aharón reunieron al pueblo ante la peña. Y él les dijo: Oíd, ahora, rebeldes. ¿Sacaremos agua de esta peña para vosotros? Entonces Moshé levantó su mano y golpeó la peña dos veces con su vara, y brotó agua en abundancia, y bebió el pueblo y sus animales.” (LBLA revisada) – En este lugar de endurecimiento, Moshé cometió un error muy importante que consistía en varias cosas:

Actuó con ira.

Habló palabras fuertes contra los hijos de Israel, “rebeldes”.

Dudó de HaShem.

Desobedeció la orden de hablar a la peña.

No santificó al Eterno con su proceder.

Por esto no entró en la tierra que había anhelado durante tantos años.

Un líder está en la mira del pueblo. Por eso su error es mucho más importante que los errores de los que no son líderes, porque arrastran a todo un pueblo. El poder del ejemplo es muy fuerte. Moshé no cometió un pecado aparentemente grave. Pero en los ojos del Eterno su desobediencia y arrebato de ira con palabras hirientes, fueron suficientemente graves como para prohibirle la entrada en la herencia.

¡Aprendamos la lección para ser cuidadosos como líderes en el cumplimiento de los mandamientos, para que no perdamos nuestra herencia!

20:13 “Aquellas fueron las aguas de Merivá porque los hijos de Israel contendieron con HaShem, y Él manifestó su santidad por medio de ellas.” (LBLA revisada) – Merivá[8] significa “querella”, “provocación”, “contienda”. Merivá fue el lugar donde el pueblo contendió contra HaShem por causa del agua. Fue un lugar de endurecimiento, donde endurecieron sus corazones. En lugar de optar por creer en el Eterno murmuraron directamente contra Él y contra Moshé. Antes habían murmurado contra Moshé pero ahora murmuran directamente contra HaShem, lo cual es un resultado del endurecimiento del corazón. La falta de gratitud siempre mana de un corazón duro. Un corazón agradecido es un corazón sensible.

La santidad de HaShem fue manifestada en Moshé y Aharón por la sentencia que recibieron por causa de no haberle obedecido junto a la peña. Las aguas fueron la causa por la que HaShem manifestó su santidad en Moshé y Aharón.

En el Salmo 95:7b-11 está escrito:

“Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón como en Merivá, como en el día de Masá en el desierto, cuando vuestros padres me tentaron, me probaron, aunque habían visto mi obra. Por cuarenta años me repugnó aquella generación, y dije: Es un pueblo que se desvía en su corazón y no conocen mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: Ciertamente no entrarán en mi reposo.” (LBLA revisada)

En el Salmo 106:32-33 está escrito:

“También le hicieron enojarse en las aguas de Merivá, y le fue mal a Moshé por culpa de ellos, puesto que fueron rebeldes contra su Espíritu, y él habló precipitadamente con sus labios.” (LBLA revisada)

Cuarta aliyá, 20:14-21

20:16 “Pero cuando clamamos a HaShem, Él oyó nuestra voz y envió un ángel y nos sacó de Egipto. Ahora, mira, estamos en Kadesh, un pueblo de la frontera de tu territorio.” (LBLA revisada) – Rashí dice que el ángel, del cual se habla aquí, es Moshé, y que los profetas también son llamados malajim, “ángeles”,  “emisarios”, “mensajeros”, como está escrito en 2 Crónicas 36:16:

“pero ellos se burlaban de los ángeles (mensajeros) de Dios, despreciaban sus palabras y se mofaban de sus profetas, hasta que subió el furor de HaShem contra su pueblo, y ya no hubo remedio.” (LBLA revisada)

20:21 “Rehusó, pues, Edom dejar pasar a Israel por su territorio, así que Israel tuvo que desviarse de él.” (LBLA) – La enemistad de Edom contra Israel nunca ha cesado, como está escrito en Amós 1:11:

“Así dice HaShem: Por tres transgresiones de Edom, y por cuatro, no revocaré su castigo, porque con espada persiguió a su hermano, y suprimió su compasión; su ira continuó despedazando y mantuvo su furor para siempre.” (LBLA revisada)

Lo que sembró Esav contra Yaakov en sus descendientes permanece hasta el día de hoy. Esav había recibido de HaShem el monte Seír, y por eso Israel no tenía ningún derecho de hacer guerra contra él y tomar alguna parte de su territorio, como está escrito en Deuteronomio 2:5-7:

“no los provoquéis, porque nada de su tierra os daré, ni siquiera la huella de un pie, porque a Esav he dado el monte Seír por posesión. Les compraréis con dinero los alimentos para comer, y también con dinero compraréis de ellos agua para beber. Pues HaShem tu Dios te ha bendecido en todo lo que has hecho; Él ha conocido tu peregrinar a través de este inmenso desierto. Por cuarenta años HaShem tu Dios ha estado contigo; nada te ha faltado.” (LBLA revisada)

Israel fue ordenado a bendecir a su hermano Esav con la compra de alimentos y bebida, pero aun así él no quiso dejarles pasar por su territorio. Por el odio que tenía no pudo ser bendecido por Israel. Lo mismo sucede hoy en día con todos aquellos que odian a Israel.

Esav simboliza la carne, el yetser hará. Israel simboliza el espíritu, el yetser hatov. Cuando el espíritu quiere pasar por un camino que ha sido encomendado por HaShem, la carne se opone. La lucha entre Israel y Esav representa la lucha interna de cada creyente.

Los profetas muestran que Esav seguirá peleando contra nosotros hasta ser finalmente destruido, cf. Abdías. No hay ninguna profecía que habla de una restauración y un futuro próspero para Esav, que es Edom. Con la venida de Mashíaj su final será una destrucción total, como está escrito en Isaías 63:1-6:

“¿Quién es éste que viene de Edom, de Botsrá con vestiduras de colores brillantes; éste, majestuoso en su ropaje, que marcha en la plenitud de su fuerza? Soy yo que hablo en justicia, poderoso para salvar. ¿Por qué es rojo tu ropaje, y tus vestiduras como las del que pisa en el lagar? El lagar lo he pisado yo solo; de los pueblos, ningún hombre estaba conmigo. Los pisé en mi ira y los hollé en mi furor; su sangre salpicó mis vestiduras y manché todo mi ropaje. Porque el día de la venganza estaba en mi corazón, y el año de mi redención había llegado. Miré, y no había quien ayudara, me asombré de que no hubiera quien apoyara; entonces me salvó mi brazo, y fue mi furor el que me sostuvo. Pisoteé los pueblos en mi ira, los embriagué en mi furor y derramé su sangre por tierra.” (LBLA revisada)

El sistema romano, tanto político como religioso, será parte del juicio contra Edom.

Quinta aliyá, 20:22 – 21:9

20:24 “Aharón será reunido a su pueblo, pues no entrará a la tierra que yo he dado a los hijos de Israel, porque vosotros os rebelasteis contra mi orden en las aguas de Merivá.” (LBLA revisada) – Aquí está escrito que Aharón tiene que morir por causa de su rebeldía en Merivá. ¿No fue sólo Moshé que había sido desobediente allí? ¿Por qué Aharón tiene que morir por causa de algo que Moshé hizo? Aharón era un hombre pacífico. Buscaba la paz con todo el mundo, hasta tal punto de hacer un becerro de oro y apoyar a Moshé en su desobediencia. Pero tuvo que pagar caro por asociarse con la desobediencia de Moshé. Esto nos enseña que no tenemos la obligación de obedecer las autoridades cuando nos intentan cometer pecado contra HaShem.

20:29 “Cuando toda la congregación vio que Aharón había muerto, toda la casa de Israel lloró a Aharón por treinta días.” (LBLA revisada) – Aquí dice que el pueblo “vio” que Aharón había muerto. Por causa de esta palabra el Midrash[9] dice que el pueblo vio a Aharón tendido sobre el lecho de muerte y así pudieron creer en Moshé que dijo que había muerto. Sin embargo, hay que cuestionar si realmente no había una honestidad superior en el pueblo que había recibido la Torá en el Sinái. ¿Cómo podrían creer que Moshé estaba mintiendo?

Según el Talmud,[10] también se puede entender como que “se dejaron ver” en el sentido de que quedaron descubiertos. Por lo tanto, se saca la conclusión de que la nube de gloria se alejó de los hijos de Israel con la muerte de Aharón. Por los méritos de este hombre estaban las nubes de protección acompañando a los hijos de Israel durante todo su viaje por el desierto. Ahora se quedaron al descubierto.

21:1  “Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, oyó que Israel subía por el camino de Atarim, peleó contra Israel y le tomó un cautivo.” (LBLA) – Según Rashí, el rey de Arad era amalekita que hablaba con la lengua de Kenáan para despistar a los hijos de Israel para que oraran contra el pueblo equivocado, y por eso es llamado kenaanita. Pero ellos oraron solo contra el pueblo que los atacaba, cf. v. 2. Según Números 13:29, los amalekitas vivían en el sur. Los kenaanitas (canaeos) eran descendientes de Jam (Cam) y los amalekitas eran descendientes de Esav.

El   pueblo atacante tomó una mujer sierva como cautiva. El texto hebreo no habla de varios cautivos sino de una sola persona, que según Éxodo 12:29 no se refiere a un hombre sino a una mujer. Según Gur Aryé era una esclava que los hijos de Israel habían capturado previamente.

21:4 “Partieron del monte de Hor, por el camino del mar de Cañas, para rodear la tierra de Edom, y el pueblo se impacientó por causa del viaje.” (LBLA revisada) – Tuvieron que volver a caminar por el mismo camino que habían recorrido antes, volviendo hacia el sur, hacia el mar de Cañas. La primera vez cuando se volvieron hacia el sur recibieron la noticia de que tenían que pasar 38 años más en el desierto, y esta vez perdieron su esperanza para entrar en la tierra prometida. Esto creó un ambiente de queja.

21:5 “Y el pueblo habló contra Dios y Moshé: ¿Por qué nos habéis sacado de Egipto para morir en el desierto? Pues no hay comida ni agua, y detestamos este alimento tan miserable.” (LBLA revisada) – Se impacientó el ánimo del pueblo y hablaron contra Dios y contra Moshé. Ya no se quejaron solamente por causa del camino sino empezaron a criticar la comida que el Eterno les estaba dando todos los días.

21:6  “Y HaShem envió serpientes abrasadoras entre el pueblo, y mordieron al pueblo, y mucha gente de Israel murió.” (LBLA revisada) – El resultado de la queja contra la comida fue mortal. La protección que antes tenían con la presencia de la nube, ya no estaba, y las serpientes pudieron entrar en el campamento, por mandato del Eterno y muchos murieron por causa de ellas.

21:7 “Entonces el pueblo vino a Moshé y dijo: Hemos pecado, porque hemos hablado contra HaShem y contra ti; intercede con HaShem para que quite las serpientes de entre nosotros. Y Moshé intercedió por el pueblo.” (LBLA revisada) – Otra vez Moshé obró como un intermediario entre el pueblo y HaShem. El pueblo no oró al Eterno, sino pidieron que Moshé orara por ellos. Esto nos muestra que el pueblo judío necesita un intermediario entre ellos y HaShem. Moshé es una figura de Yeshúa HaMashíaj, que constituye el único camino al Padre para judíos y no judíos.

21:8  “Y HaShem dijo a Moshé: Hazte una (serpiente) abrasadora y ponla sobre un asta; y acontecerá que cuando todo el que sea mordido la mire, vivirá.” (LBLA revisada) – La solución para ser libre del veneno de las mordeduras fue mirar con fe en la ilustración de una serpiente de bronce sobre un palo, para que todo aquel que había sido mordido pudiera ser liberado de la muerte y el veneno mortal que corría en sus venas.

21:9 “Y Moshé hizo una serpiente de bronce y la puso sobre el asta; y sucedía que cuando una serpiente mordía a alguno, y éste miraba a la serpiente de bronce, vivía.” (LBLA revisada) – Según Rashí, el texto hebreo usa una palabra que significa que tenían que mirar fijamente con concentración.

En Juan 3:14-16 está escrito:

“Y como Moshé levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquel que cree, tenga en él vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (LBLA revisada)

El hombre ha sido dañado por el veneno del pecado y está en el camino a la muerte y la destrucción. La única solución para su supervivencia es que se fije en un milagro y ponga su fe en HaShem por medio de ese milagro. La palabra hebrea que ha sido traducida como “asta”, “poste”, es nes[11] que significa tanto “poste” como “milagro” o “señal”. La muerte de Yeshúa fue un milagro y una señal. El hijo del Hombre tenía que ser levantado de la misma manera que la serpiente de bronce. HaShem, Moshé y Yeshúa dieron a conocer de qué manera el Mesías tenía que morir para salvar al pueblo de Israel y al mundo del pecado y de la muerte eterna.

Yeshúa se identifica con la serpiente de bronce. Una serpiente simboliza el carácter del maligno. El yetser hará, la mala inclinación, el pecado, de todos los hombres, que hemos recibido desde el huerto de Edén al ser “mordidos” por la serpiente antigua, fue introducido en Yeshúa para que pudiera ser condenado en él por el Juez Supremo y los hombres ser liberados de la ira y el castigo eterno que vino como una consecuencia de esa inclinación al mal, como está escrito en Romanos 8:3:

“Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne.” (LBLA)

En Isaías 53:6, 11-12 está escrito:

“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero HaShem hizo que cayera sobre él la iniquidad de todos nosotros… Debido a la angustia de su alma, él lo verá y quedará satisfecho. Por su conocimiento, el Justo, mi Siervo, justificará a muchos, y cargará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes y con los fuertes repartirá despojos, porque derramó su alma hasta la muerte y con los transgresores fue contado, llevando él el pecado de muchos, e intercediendo por los transgresores.” (LBLA revisada)

Cuando las Escrituras hablan de EL pecado, en singular, se refiere a lo que se llama “yetser hará”, la inclinación al mal, que es sinónimo a la carne, que es el carácter del maligno. Cuando hablan de LOS pecados, en plural, se refiere a los resultados de esa inclinación, los pensamientos, las palabras y las obras que manan de esa naturaleza.

Yeshúa llevó tanto el pecado como los pecados para liberar a todos los que por fe ponen su mirada y su concentración fija en lo que él hizo cuando murió en el madero.

En 1 Pedro 2:24 está escrito:

“y él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.” (LBLA)

En Hebreos 9:28 está escrito:

“así también el Mesías, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan.” (LBLA revisada)

Yeshúa es la única solución final para el hombre, tanto judío como no judío. Sin él nadie se escapa de la muerte eterna.

HaShem no dijo que Moshé hiciera una serpiente de bronce, sino “abrasadora”. Las palabras hebreas para serpiente, najash,[12] y cobre, nejoshet,[13] se parecen. Esto nos enseña que Moshé usó un juego de palabras para cumplir la orden divina.

En 2 Reyes 18:4 está escrito:

“Quitó los lugares altos, derribó los pilares y cortó la Asherá. También hizo pedazos la serpiente de bronce que Moshé había hecho, porque hasta aquellos días los hijos de Israel le quemaban incienso; y la llamaban Nejushtán (cosa de bronce).” (LBLA revisada)

Los hijos de Israel habían guardado la serpiente de bronce unos 700 años hasta el tiempo del rey Jizkiyahu que finalmente la destruyó por el mal uso que se le había dado. Este texto nos enseña que algo positivo, que fue dado por el Eterno para la bendición del pueblo, puede convertirse en un culto idolátrico y una maldición. De la misma manera se ha convertido la imagen de la muerte del Mesías, e incluso la misma cruz, en un objeto de culto, que se adora, se canta y se quema incienso y velas etc. Ese culto idolátrico a los crucifijos y a la cruz es una abominación para el Eterno y serán hechos pedazos cuando venga el Mesías Yeshúa de nuevo a la tierra.

Sexta aliyá, 21:10-20

21:13 “De allí partieron y acamparon al otro lado del Arnón, que está en el desierto y que sale del territorio de los amorreos, pues el Arnón es la frontera de Moav, entre Moav y los amorreos.” (LBLA revisada) – Ahora los hijos de Israel entran en territorios nuevos. Arnón es el río que constituye la frontera norte de Moav. Los israelitas no se metieron en el territorio de Moav porque no recibieron permiso para ello, cf. Deuteronomio 2:29 y Jueces 11:17. Pasó lo mismo con Moav que con Edom.

21:14 “Acerca de esto será dicho en el Libro de las Guerras de HaShem: Lo que él otorgó en (el mar de) Suf y las cañadas de Arnón” (LBLA revisada) – Aquí se habla del “libro de las Guerras de HaShem”. Según Rashí, se refiere a que los hijos de Israel en el futuro usará este cántico en sus relatos de lo que pasó en aquel momento histórico. ¿Qué libro es el libro de las Guerras de HaShem? Hay un comentario de las Sociedades Bíblicas Unidas que dice:

 “El libro de las batallas del Señor era sin duda una colección de cantos guerreros, que no se ha conservado hasta el presente (Cf. en Jos 10.13; 2 S 1.18 la referencia al Libro del Justo). Las batallas del Señor son los combates llevados a cabo por Israel bajo la conducción del Señor, su Dios (Cf. 1 S 18.17; 25.28).”[14]

Hay 17 referencias al libro de las Crónicas de los reyes de Israel en 1 y 2 de Reyes, cf. 1 Reyes 15:31. Además hay referencias a las Crónicas de los reyes de Media y Persia, cf. Esdras 10:2. En 1 Crónicas 27:24 se mencionan las crónicas del rey David, y en 1 Crónicas 29:29 está escrito:

“Los hechos del rey David, desde el primero hasta el último, están escritos en las crónicas del vidente Samuel, en las crónicas del profeta Natán y en las crónicas del vidente Gad.” (LBLA revisada)

Probablemente se refiere a los dos libros de Samuel, que originalmente eran un solo libro y que se encuentran en el Tanaj.

21:16 “Y de allí continuaron  hasta Beer; este es el pozo donde HaShem le dijo a Moshé: Reúne al pueblo y les daré agua.” (LBLA revisada) – En la unidad hay bendición, agua, cf. Salmo 133. HaShem podía haber dado agua sin reunir el pueblo. Pero aquí quiso enseñar una verdad, el agua se da cuando hay unidad.

21:17 “Entonces cantó Israel este cántico: ¡Salta, oh pozo! A él cantad.” (LBLA) – Israel cantó. ¿Por qué la Torá relata que Israel cantó? En primer lugar es por el mensaje que hay en este canto. El agua es una de las cosas vitales para el ser humano. De la misma manera es con la Torá que es como agua para el alma. Pero este texto también se escribió para enseñarnos la importancia del canto en Israel. Un verdadero israelita es uno que canta, o por lo menos intenta cantar, aunque no tenga buena voz. El canto es originalmente algo muy positivo para el ser humano. Sirve para muchas cosas, entre ellas, desahogarse en momentos de presión, tanto negativa como positiva, expresar la alegría y la pena delante del Eterno y los hombres, exaltar a HaShem etc. El libro de los Salmos contiene canciones de toda clase, que expresan alabanza y alegría, pero también mucha pena y dolor, dirigidas principalmente al Eterno. HaShem quiere que nos expresemos delante de Él en canto. Así que, acostúmbrate a cantar delante de tu Padre celestial.

Séptima aliyá,  21:21 – 22:1

21:23 “Pero Sijón no permitió a Israel pasar por su territorio. Y reunió Sijón a todo su pueblo y salió al encuentro de Israel en el desierto, y llegó a Yahats y peleó contra Israel.” (LBLA revisada) – Según Rashí, Sijón recibía tributo de todos los reyes de Kenáan para guardar su frontera. Así que cuando los hijos de Israel querían entrar a la tierra de Kenáan, pasando por su territorio, no les dio permiso, para así cumplir su compromiso de guardián.

21:26 “Porque Jeshbón era la ciudad de Sijón, rey de los amorreos, quien había peleado contra el rey anterior de Moav y le había quitado de su mano toda su tierra, hasta el Arnón.” (LBLA revisada) – Moav había tenido un territorio más grande, hasta la ciudad de Jeshbón, pero el rey de los amorreos le había quitado todo el territorio hasta el río Arnón, que llegó a ser la frontera norte de Moav. Los hijos de Israel tomaron ese territorio de los amorreos. ¿Tenían permiso para ello? ¿No había sido de Moav? ¿Cómo podían conquistar un territorio que anteriormente había sido de Moav? Parece ser que Moav se había salido del territorio que el Eterno le había dado y tomado uno que no le correspondía y por eso el rey de los amorreos tenía poder para quitarle esa tierra. Al dar ese territorio a los hijos de Israel, HaShem muestra que no le correspondía a Moav.

21:27 “Por eso dicen los proverbistas: Venid a Jeshbón. Sea edificada. Sea establecida la ciudad de Sijón.” (LBLA revisada) – Según Rashí, los proverbistas, en hebreo mashalim, son Bilam (Balaam) y su padre Beor, que usaban proverbios, como está escrito en Números 23:7a:

“Y comenzó su profecía (mashal), y dijo” (LBLA)

21:33 “Después se volvieron y subieron por el camino de Bashán; y Og, rey de Bashán, salió con todo su pueblo para presentarles batalla en Edrei.” (LBLA revisada) – Según el Midrash,[15] el rey de Bashán, Og, era hermano de Sijón, de la raza de los gigantes. Bashán era un lugar que tenía una fortaleza espiritual maligna y potente. El libro de Enoc cuenta que a ese lugar bajaron algunos ángeles del cielo para pervertirse con los hombres. En Salmo 22 habla de los toros de Bashán en relación con la muerte de Mashíaj, aludiendo a los malos espíritus que estaban atacando a Yeshúa en el momento de su muerte, cf. Salmo 22:12. Parece que Bashán era un lugar donde los demonios tenían una gran influencia. Hoy en día ese territorio se llama Golán. Es un lugar estratégico militar porque desde esas alturas es posible ver y controlar toda la tierra de Israel.

La fortaleza militar y espiritual del área de Bashán causó la necesidad de una palabra de aliento y de ánimo para Moshé a la hora de enfrentar ese rey gigante. Por eso HaShem le dijo a Moshé “No le tengas miedo porque lo he entregado en tu mano.” (LBLA)

21:34 “Pero HaShem dijo a Moshé: No le tengas miedo porque lo he entregado en tu mano, y a todo su pueblo y a su tierra; y harás con él como hiciste con Sijón, rey de los amorreos, el que habitaba en Jeshbón” – Según el Midrash,[16] el gigante Og era “el que se había escapado” de la guerra de Kedorlaomer en el tiempo de Avraham para darle un informe al patriarca, cf. Génesis 14:5, 13; Deuteronomio 3:11, y por ese mérito podría haber tenido una posibilidad de resistir a los hijos de Israel. Esa sería la razón por la cual el Eterno le dijo a Moshé que no tuviera miedo de él. Sin embargo es muy poco probable que haya vivido tanto tiempo, más de 500 años.

“lo he entregado” – La fe habla de las cosas que no son como si fuesen, cf. Romanos 4:17. Para HaShem ya era un hecho la derrota de Og, porque Él se relaciona con en el pasado, el presente y el futuro al mismo tiempo. El rey Og de Bashán y su pueblo ya habían sido entregados en las manos de Moshé y el pueblo de Israel. Esto nos enseña que las cosas visibles ocurren porque hay una influencia espiritual que las causa. Todo lo que sucede en el mundo material ya sucedió en el mundo espiritual con anterioridad. Así que, para cambiar las cosas y los acontecimientos en el mundo material hay que cambiarlas primero en el mundo espiritual. ¿Cómo se puede cambiar las cosas en el mundo espiritual? Mediante la oración y las buenas obras. Si una persona ha sido sentenciada por el tribunal celestial para juicio, es posible que pueda cambiar esa sentencia mediante su propio arrepentimiento y su obediencia a los mandamientos de HaShem, cf. Jeremías 18:7-10; Daniel 4:24-28; Hechos 8:20-24.

“harás con él como hiciste con Sijón” – Esto nos enseña que la fe puede ser activada y crecer por medio de la experiencia. Como lo había hecho antes ya no era tan difícil hacerlo de nuevo, porque la confianza en la ayuda de HaShem había aumentado por la experiencia anterior.

El pueblo de Israel tuvo que exterminar a estos dos pueblos por causa de sus pecados. HaShem usa a Israel como una herramienta para ejecutar sus juicios sobre las naciones, y lo sigue haciendo hasta el día de hoy. Estas guerras no fueron iniciadas por los hombres, sino ordenadas por el Cielo que gobierna sobre los reinos de la tierra y los entrega a quien Él quiere, como está escrito en Daniel 4:17, 26, 32:

“Esta sentencia es por decreto de los vigilantes, y la orden es por decisión de los santos, con el fin de que sepan los vivientes que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y se lo da a quien le place, y pone sobre él al más humilde de los hombres… en cuanto a la orden de dejar el tocón con las raíces del árbol, tu reino te será afirmado después que reconozcas que es el Cielo el que gobierna… y serás echado de entre los hombres, y tu morada estará con las bestias del campo; te darán hierba para comer como al ganado, y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y que lo da a quien le place.” (LBLA)

No es lo mismo tomar la justicia en las propias manos que ejecutar la justicia como un representante delegado de HaShem. Israel no actuó con maldad contra estos pueblos, sino fueron puestos sobre las naciones para ejecutar el juicio de HaShem sobre la mala conducta de ellas, como está escrito en Deuteronomio 9:3-6:

“Comprende, pues, hoy, que es HaShem tu Dios el que pasa delante de ti como fuego consumidor. El los destruirá y los humillará delante de ti, para que los expulses y los destruyas rápidamente, tal como HaShem te ha dicho. No digas en tu corazón cuando HaShem tu Dios los haya echado de delante de ti: “Por mi justicia HaShem me ha hecho entrar para poseer esta tierra”, sino que es a causa de la maldad de estas naciones que HaShem las expulsa de delante de ti. No es por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón que vas a poseer su tierra, sino que por la maldad de estas naciones HaShem tu Dios las expulsa de delante de ti, para confirmar el pacto que HaShem juró a tus padres Avraham, Yitsjak y Yaakov. Comprende, pues, que no es por tu justicia que HaShem tu Dios te da esta buena tierra para poseerla, pues eres un pueblo de dura cerviz.” (LBLA revisada)

Las autoridades puestas por el Eterno tienen el derecho y la obligación de ejecutar Su venganza sobre los malhechores, como está escrito en el Salmo 149:6-9:

“Sean los loores de Dios en su boca, y una espada de dos filos en su mano, para ejecutar venganza en las naciones, y castigo en los pueblos; para atar a sus reyes con cadenas, y a sus nobles con grillos de hierro; para ejecutar en ellos el juicio decretado: esto es gloria para todos sus santos. ¡Haleluyá!”

No es lo mismo que una persona con un puesto de autoridad ejecute el juicio del Eterno sobre el pecado, que cuando una persona cualquiera tome la justicia en sus manos. La autoridad fue entregada a los gobiernos de la tierra, no a los individuos privados, cf. Romanos 13:1ss.

De la misma manera, cuando Israel exterminó estas naciones, lo hizo como un agente del Eterno y un vengador de la mala conducta de ellas, no tomando la justicia en sus propias manos. Israel ha sido puesto como la “cabeza de las naciones”, Jeremías 31:7. Lo que el Eterno hizo por medio de Israel con estos pueblos era justo, porque “Justo es HaShem en todos sus caminos”, Salmo 145:17a.

22:1  “Después partieron los hijos de Israel y acamparon en las llanuras de Moav, al otro lado del Yardén, frente a Yerijó.” (LBLA revisada) – El territorio llamado “las llanuras de Moav” está fuera del territorio de Moav. Probablemente es llamado así porque antes había sido parte del territorio de Moav, hasta que el rey de los amorreos, Sijón, se lo quitó, cf. Números 21:26.

En esta parashá se encuentran los mandamientos 397 – 399 de los 613:

Precepto de la Vaca Bermeja (pará adumá), Números 19:2.

Precepto de la impureza causada por un cadáver, Números 19: 14.

Precepto del agua mezclada con cenizas de la Vaca Bermeja que impurifica a un hombre puro y purifica a un hombre impuro, Números 19:19.

[1]       Mishná  Pará 3:5.

[2]       Bamidbar Rabá 19:4.

[3]       Mishná  Pará 3:1.

[4]       Yomá 14a.

[5]       Taanit 13.

[6]       Taanit 9a.

[7]       Yilkut Shmoini 1:763.

[8]       Strong H4809 merîybâh, mer-ee-baw’, The same as H4808; Meribah, the name of two places in the Desert: – Meribah.

Strong H4808 merîybâh, mer-ee-baw’, From H7378; quarrel: – provocation, strife.

[9]       Tanjumá 17.

[10]     Rosh HaShaná 3a; Taanit 9a; Guitín 90a.

[11]     Strong H5251 nês, nace, From H5264; a flag; also a sail; by implication a flagstaff; generally a signal; figuratively a token: – banner, pole, sail, (en-) sign, standard.

Strong H5264 nâsas, naw-sas’, A primitive root; to gleam from afar, that is, to be conspicuous as a signal; or rather perhaps a denominative from H5251 (and identical with H5263, through the idea of a flag as fluttering in the wind); to raise a beacon: – lift up as an ensign, standard bearer.

[12]     Strong H5175 nâchâsh, naw-khawsh’, From H5172; a snake (from its hiss): – serpent.

[13]     Strong H5178 nechôsheth, nekh-o’-sheth, For H5154; copper; hence, something made of that metal, that is, coin, a fetter; figuratively base (as compared with gold or silver): – brasen, brass, chain, copper, fetter (of brass), filthiness, steel.

[14]     Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

[15]     Bereshit Rabá 16:17.

[16]     Bamidbar Rabá.

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