Shema Israel Communities, é uma rede de Comunidades (sinagogas) de convicção messiânica, estabelecida em vários estados dos EUA, e em algumas cidades de alguns países como EUA, México, Guatemala, Costa Rica, Colômbia, Brasil e Espanha , na cidade de Málaga; As Sinagogas Shema Israel são estabelecidas com a visão de abrigar os Bney Anussim e aqueles que se identificam com Israel e o povo judeu. Cada comunidade está profundamente identificada com o Messias Judeu Yeshua haMashiach e os Escritos Apostólicos; Uma rede de congregações que observam a Torá, as Festas do Eterno e, claro, o Shabath e o Kasherut.
Parashá 31 Emor
Levítico 21:1 – 24:23
By Dr. K. Blad ©
Second edition 2013-14
Lucrative copying not permitted.
Aliyás de la Torá:
21:1-15
21:16 – 22:16
22:17-33
23:1-22
23:23-32
23:33-44
24:1-23
Maftir: 24:21-23
Haftará: Ezequiel 44:15-31
Emor
Significa “habla”.
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Primera aliyá, 21:1-15
21:1 “HaShem dijo a Moshé: Habla a los sacerdotes, los hijos de Aharón, y diles: “Ninguno se contamine con persona (fallecida) entre su pueblo” (LBLA revisada) – Después de haber hablado a todo el pueblo, ahora Moshé recibe la orden de hablar sólo con los sacerdotes. El pueblo en general necesita vivir en santidad, pero los sacerdotes tienen la responsabilidad de vivir en un nivel de santidad superior al pueblo, porque tienen el derecho de estar más cerca de HaShem en el servicio del santuario. Como los mandamientos generan santidad, los sacerdotes tienen más mandamientos que el pueblo. En esta sección HaShem está dando instrucciones a los sacerdotes para que puedan mantenerse en su estado de santidad. Un sacerdote no puede tocar un cuerpo muerto. La palabra hebrea que ha sido traducida como “persona” es nefesh[1] que significa “alma”. En este caso la Torá llama un cadáver humano “alma”.
21:2 “salvo por su pariente más cercano (su esposa), su madre, su padre, su hijo, su hija o su hermano” (LBLA revisada) – El sacerdote común sólo puede contaminarse por la muerte de siete tipos de familiares: esposa, madre, padre, hermano, hermana soltera, hijo e hija. Por estos debe guardar luto e interrumpir su servicio en el templo el día de su entierro.
Esta ley tiene una excepción llamada met mitsvá. Un met mitsvá es un cadáver que es encontrado en un lugar desértico o uno que ha muerto que no tiene parientes que se ocupen de su funeral. Cuando no hay otra persona que pueda realizar el entierro, el cohén debe hacerlo aunque se contamine. No obstante, no pierde su ministerio sacerdotal por eso.
Teniendo en cuenta estas normas es más fácil entender las reacciones del sacerdote y el levita en la parábola del buen samaritano, cf. Lucas 10:30-35. Ellos quizás no sabían si el hombre herido estaba vivo o muerto. Si el hombre estuviera muerto tenían que evitar el contacto con su cadáver para no contaminarse y perder su ministerio, según la Torá. Y como era un camino transitado no podía ser considerado un lugar desértico. Por esta razón no tendrían la responsabilidad de enterrarlo según la ley del met mitsvá.
Ahora, en el caso de que el hombre estuviera vivo, habría que ayudarle para salvarle. Parece que el sacerdote y el levita no estaban interesados en saber si el herido estaba vivo o muerto y eso ya fue una falta grave. Y en el caso de que supieran que el hombre estaba vivo, cometieron un delito grave por no ayudarle, según el mandamiento que vimos en Levítico 19:16b donde está escrito:
“No te quedarás quieto ante la sangre de tu prójimo.” (LBLA revisada)
21:3 “o por su hermana virgen, que está cerca de él, por no haber tenido marido; por ella puede contaminarse” (LBLA) – Cuando la hermana se haya casado, el sacerdote ya no tiene el derecho de tocar su cadáver o asistir a su entierro. El mandamiento de mantenerse alejado de todo otro cadáver se sigue guardando hoy en día entre los varones descendientes de los sacerdotes en el pueblo judío. Un varón cohén no puede tocar un cadáver o permanecer bajo un mismo techo con uno de ellos. Este mandamiento no aplica a las mujeres hijas de los sacerdotes.
Uno de los discípulos del Rabí Yeshúa, Yojanán, era conocido del sumo sacerdote, como está escrito en Juan 18:15:
“Y Shimón Kefa seguía a Yeshúa, y también otro discípulo. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Yeshúa al patio del sumo sacerdote” (LBLA revisada)
Parece que este Yojanán era de una familia sacerdotal. Y esto puede ser una razón por la que no quiso entrar en el sepulcro de Yeshua y contaminarse, como está escrito en Juan 20:4-5:
“Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Kefa, y llegó primero al sepulcro; e inclinándose para mirar adentro, ve las envolturas de lino puestas allí, pero no entró.” (LBLA revisada)
21:4 “No se contaminará como pariente por matrimonio entre su pueblo, pues se profanaría.” (LBLA revisada) – Según Rashí, esto significa que un sacerdote no puede contaminarse por el cadáver de una esposa no apta para él, mientras que ella esté “entre su pueblo”, es decir, si ella tiene conocidos que puedan enterrarla, porque él profanaría su status de cohén. En el caso de que ella no estuviera “entre su pueblo”, sería un met mitsvá, y en tal caso el sacerdote no perdería su sacerdocio a la hora de sepultarla. Los hijos de una unión entre un sacerdote y una mujer no permitida para él no tienen el status sacerdotal y no podrán comer de las cosas consagradas.
21:6 “Serán santos a su Dios y no profanarán el nombre de su Dios, porque presentarán las ofrendas encendidas a HaShem, el pan de su Dios; por tanto, serán santos.” (LBLA revisada) – Dios no necesita los sacrificios para alimentarse. ¿Entonces qué que tipo de alimento puede constituir los sacrificios? Alimentan la relación entre HaShem y su pueblo.
21:7 “No tomarán mujer ilícita o profanada, ni tomarán mujer divorciada de su marido; porque el sacerdote es santo a su Dios.” (LBLA revisada) – Las mujeres prohibidas para los sacerdotes son las siguientes:
El beit din tiene la autoridad para disolver un matrimonio entre un cohén y una mujer ilícita para él.
21:8 “Lo consagrarás, pues, porque él ofrece el alimento de tu Dios; será santo para ti; porque yo, HaShem que os santifico, soy santo.” (LBLA revisada) – Aquí está escrito que el cohén es santo para ti. Esto implica que el cohén debe ser distinguido en la congregación. Si alguien es descendiente de Aharón debe ser el primero en leer la Torá en la sinagoga. Debe ser el que hace la bendición por el pan. Debe ser el primero en recibir la comida. Debe ser el que dirige el zimún, el inicio del bircat hamazón, la bendición después de la comida, etc.
21:9 “Y la hija de un sacerdote, si se profana por medio de relaciones ilícitas, a su padre profana; en el fuego será quemada.” (LBLA revisada) – La hija de un sacerdote que tiene relaciones ilícitas merece ser quemada. Según Rashí, todos los rabinos concuerdan en que aquí no se trata de una mujer soltera, sino de una que ha pasado, por lo menos, por el primer paso matrimonial, erusín, en el cual queda prohibida para otros hombres. Su adulterio debe ser castigado por medio del fuego, mientras que los demás israelitas, si cometen el mismo delito, deben ser ejecutados mediante la lapidación, apedreamiento.
Esto nos puede dar una pista para entender el porqué Yehudá dictó sentencia contra Tamar para que fuera quemada, cf. Génesis 38:24. Ella no era soltera, sino reservada para su cuñado, por medio de la ley del levirato, cf. Génesis 38:8; Deuteronomio 25:5ss, y fue sentenciada como una hija adúltera de un sacerdote. De esto se saca la conclusión de que Tamar era hija de un sacerdote. El Midrash[2] dice que Tamar fue hija de Shem, que era sacerdote en Shalem, con el título de Malki-Tsedek, cf. Génesis 14:18.
21:10 “Y el que sea sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza haya sido derramado el aceite de la unción y que haya sido consagrado para llevar las vestiduras, no dejará crecer su cabello ni rasgará sus vestiduras” (LBLA) – Un sumo sacerdote no puede dejar crecer su cabello durante más de 30 días, para que no sea semejante a uno que deja crecer su cabello estando de duelo.
Según el Midrash,[3] el sacerdote tiene que reunir cinco cualidades para poder servir como gran sacerdote:
21:11 “ni se acercará a ninguna alma muerta, ni aun por su padre o por su madre se contaminará” (LBLA) – Como el texto dice que no puede acercarse, o “entrar”, a un cadáver, se entiende que no puede estar bajo el mismo techo.
21:12 “no saldrá del santuario ni profanará el santuario de su Dios, porque la consagración del aceite de la unción de su Dios está sobre él; yo soy HaShem.” (LBLA revisada) – Esto no significa que nunca pueda salir del santuario, sino que no puede salir de allí para acompañar a un difunto aunque sea padre o madre. Sin embargo, un sumo sacerdote tiene el deber de enterrar a un met mitsvá.
Este texto nos enseña que si un sacerdote común sirve en el santuario en estado de luto lo profana, pero el sumo sacerdote no.
21:13 “Tomará por mujer a una virgen.” (LBLA) – Yeshúa HaMashíaj es el Cohén HaGadól celestial y, por eso, no puede tener una novia que no sea virgen, como está escrito en Revelación 14:1-5:
“Miré, y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el Monte Tsión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de él y el nombre de su Padre escrito en la frente. Y oí una voz del cielo, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como el sonido de arpistas tocando sus arpas. Y cantan un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico, sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra. Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha” (LBLA revisada)
21:15 “para que no profane a su descendencia entre su pueblo; porque yo soy HaShem que lo santifico.” (LBLA revisada) – Los hijos de un sacerdote que nacen de una unión ilícita son profanos para el sacerdocio
Segunda aliyá, 21:16 – 22:16
21:17 “Habla a Aharón y dile: “Ningún hombre de tu descendencia, por todas sus generaciones, que tenga algún defecto se acercará para ofrecer el alimento de su Dios.” (LBLA revisada)” – Ningún sacerdote con un defecto físico puede servir en el tabernáculo o el templo. Esto no significa que HaShem esté en contra de los minusválidos. Hemos visto en otras ocasiones que Él se preocupa de una manera especial por los necesitados. Sin embargo, aquí se trata del culto en un santuario que es una sombra del santuario celestial. Por esta razón es importante que los sacerdotes no estén dañados físicamente. Tiene que ver con dar un mensaje correcto del Mesías. La sombra tiene que coincidir con lo verdadero, como está escrito en 1 Pedro 1:19b:
“un cordero sin tacha y sin mancha, el Mesías.” (LBLA revisada)
En Hebreos 10:14 está escrito:
“Porque por una ofrenda él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados.” (LBLA)
La ofrenda de Mashíaj perfecciona a los que van a servir en el ministerio de Malki-Tsedek, para que no haya defecto sino que estén “sin mancha, ni arruga ni cosa semejante”, cf. Efesios 5:27.
21:18 “Porque ninguno que tenga defecto se acercará: ni ciego, ni cojo, ni uno que sea de nariz aplastada, o deformado” (LBLA revisada) – Rambam[4] menciona 140 defectos que incapacitan a un descendiente de Aharón para efectuar su ministerio.
21:19 “ni hombre que tenga pie quebrado o mano quebrada” (LBLA) – Si el defecto es sanado podrá servir como sacerdote. Un sacerdote con defecto no puede entrar en el lugar santo. Sin embargo puede ayudar con tareas en el atrio, como vigilar que los gusanos no coman la madera del altar, etc.
21:20 “ni cejijunto, ni uno que tenga cataratas, o una nube en un ojo, o uno con úlcera seca o con úlcera húmeda, o que tiene los testículos aplastados” (LBLA revisada) – Según Rashí, un cejijunto es uno que tiene los pelos de las cejas tan largos que caen sobre los ojos.
21:21 “Ningún hombre de la descendencia del sacerdote Aharón que tenga defecto se acercará para ofrecer las ofrendas encendidas de HaShem; porque tiene defecto no se acercará para ofrecer el alimento de su Dios.” (LBLA revisada) – Esto nos habla de la perfección en el sacrificio del Mesías.
21:22 “Podrá comer el pan de su Dios, tanto de las cosas santísimas como de las sagradas” (LBLA revisada) – La palabra hebrea que ha sido traducida como “pan” es lejem y significa tanto “pan” como “alimento” en general. Por eso al hacer la bendición por el pan antes de comer, todos los demás alimentos están incluidos excepto el vino.
22:6 “la persona que toque a cualquiera de éstos quedará impura hasta el atardecer; no comerá de las cosas sagradas a menos que haya lavado su cuerpo con agua.” (LBLA) – Este texto nos enseña que una persona no queda libre de su impureza ritual con la caída del sol si antes no se ha sumergido en una mikvé.
22:7 “Cuando el sol se ponga quedará limpio, y después comerá de las cosas sagradas, porque son su alimento.” (LBLA) – No es el agua de la mikvé en sí la que definitivamente purifica, sino el factor tiempo, marcado por el sol. El simbolismo de la mikvé es la muerte y la resurrección y al ponerse el sol se queda purificado el que se haya sumergido en la mikvé. Es una alusión al momento cuando murió Yeshúa. En esa hora HaShem declara puros a los que anteriormente hayan bajado al mikvé para purificarse. La hora de la tarde es muy importante en el plan de HaShem.
Todas estas cosas muestran el plan de redención de HaShem para restaurar el mundo de la caída en pecado que sucedió por la tarde. Como el pecado entró en el mundo por la tarde, el Mesías tenía que morir por la tarde y tendrá que volver cuando sea la tarde en la tierra de Israel. Todo el plan de salvación gira alrededor de las horas que van desde el mediodía hasta la caída del sol. Esta es la razón por la que una persona queda purificada en esa hora, porque se está conectando espiritualmente con la redención que vino por medio de Yeshúa el Mesías.
22:8 “No comerá animal que muera o sea despedazado por fieras, contaminándose por ello; yo soy HaShem.” (LBLA revisada) – El que come animales limpios que no han sido matados correctamente, se vuelve tamé, ritualmente impuro.
22:9 “Guardarán, pues, mi encargo para que no se carguen de pecado por ello, y mueran porque la profanen; yo soy HaShem que los santifico.” (LBLA revisada) – Aquí se refiere a que el sacerdote tiene que guardarse de toda contaminación para poder comer de las cosas consagradas. Si un sacerdote come de las cosas consagradas en estado de impureza es objeto de muerte por parte del cielo.
El pueblo de Israel es un pueblo santo, apartado de las demás naciones y destinado de una manera especial al servicio de HaShem. Los sacerdotes dentro de Israel son más santos que el pueblo, es decir, han sido más apartados que los israelitas, y se les exige cumplir más mandamientos para que lleguen a un nivel superior de santidad. El Sumo Sacerdote tiene un nivel de santidad superior a los sacerdotes. Por eso él está sometido a normas todavía más estrictas. Los mandamientos son los que santifican una persona. El pecado consiste en quebrantar los mandamientos. El que dice que los mandamientos ya no tienen validez está anulando la realidad del pecado y haciendo inútil el sacrificio del Mesías. Él murió para quitar nuestros pecados, lo cual implica que murió para que nosotros dejemos de ser desobedientes a los mandamientos. El que enseña que el Mesías Yeshúa murió para anular los mandamientos está mintiendo.
Para estar cerca de HaShem hay que vivir en santidad. La santidad es un resultado de la obediencia a los mandamientos. Por lo tanto, cuanto más cerca de HaShem uno esté, más obediencia a los mandamientos se le exige. No hay santidad sin obediencia, y no hay obediencia sin disciplina. Por lo tanto, no hay santidad sin disciplina.
22:15 “No profanarán las cosas sagradas que los hijos de Israel ofrecen a HaShem” – Las cosas consagradas se refieren a la terumá, la ofrenda que se da al sacerdote de los productos agrícolas antes de dar el diezmo, que es el tema de estos versículos, cf. Números 18:12. Si los sacerdotes dan de la terumá a los que no son parte de la familia de los sacerdotes, la terumá será profanada.
Tercera aliyá, 22:17-33
22:18 “Habla a Aharón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel, y diles: “Cualquier hombre de la casa de Israel o de los forasteros en Israel, que presente su ofrenda, ya sea de sus ofrendas votivas o de sus ofrendas voluntarias, las cuales presenta a HaShem como ofrenda de ascensión…” (LBLA revisada) – La ofrenda hecha con un voto, en hebreo neder, recae sobre la persona, de modo que está obligada a cumplir con su voto de dar una ofrenda. Por tanto si la ofrenda se pierde o se queda descalificada por alguna razón, hay que reemplazarla por otra.
En la ofrenda voluntaria, nedavá, la obligación recae sobre el mismo objeto que es destinado como ofrenda. En el caso de perderlo o si se queda descalificado no hay obligación para reemplazarlo.
22:20 “Lo que tenga defecto, no ofreceréis, porque no os será aceptado.” (LBLA) – HaShem merece lo mejor. En nuestras ofrendas se ve cuán importante es HaShem para nosotros. Si damos una ofrenda mediocre o de segunda categoría, estamos dando un mensaje en los cielos de que nuestro Padre celestial no es importante ni digno de honra. Si damos una ofrenda cara, de la mejor calidad, estamos mostrando cuánto valoramos a HaShem. Este pensamiento se encuentra en la reprensión del profeta, como está escrito en Malaquías 1:6-14:
“El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy señor, ¿dónde está mi temor?–dice HaShem de los ejércitos a vosotros sacerdotes que menospreciáis mi nombre–. Pero vosotros decís: “¿En qué hemos menospreciado tu nombre?” Ofreciendo sobre mi altar pan inmundo. Y vosotros decís: “¿En qué te hemos deshonrado?” En que decís: “La mesa de HaShem es despreciable.” Y cuando presentáis un animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Y cuando presentáis el cojo y el enfermo, ¿no es malo? ¿Por qué no lo ofreces a tu gobernador? ¿Se agradaría de ti o te recibiría con benignidad?–dice HaShem de los ejércitos. Ahora pues, ¿no pediréis el favor de Dios, para que se apiade de nosotros? Con tal ofrenda de vuestra parte, ¿os recibirá él con benignidad?–dice HaShem de los ejércitos. ¡Oh, si hubiera entre vosotros quien cerrara las puertas para que no encendierais mi altar en vano! No me complazco en vosotros–dice HaShem de los ejércitos– ni de vuestra mano aceptaré ofrenda. Porque desde la salida del sol hasta su puesta, mi nombre será grande entre las naciones, y en todo lugar se ofrecerá incienso a mi nombre, y ofrenda pura de cereal; pues grande será mi nombre entre las naciones–dice HaShem de los ejércitos. Pero vosotros lo profanáis, cuando decís: “La mesa del Señor es inmunda, y su fruto, su alimento despreciable.” También decís: “¡Ay, qué fastidio!” Y con indiferencia lo despreciáis–dice HaShem de los ejércitos– y traéis lo robado, o cojo, o enfermo; así traéis la ofrenda. ¿Aceptaré eso de vuestra mano?–dice HaShem. ¡Maldito sea el engañador que tiene un macho en su rebaño, y lo promete, pero sacrifica un animal dañado al Señor! Porque yo soy el Gran Rey–dice HaShem de los ejércitos– y mi nombre es temido entre las naciones.” (LBLA revisada)
22:21 “Cuando alguno ofrezca sacrificio de ofrenda de paz a HaShem para cumplir un voto especial o como ofrenda voluntaria, del ganado o del rebaño, tiene que ser sin defecto para ser aceptado; no habrá imperfección en él.” (LBLA revisada) – Este texto nos enseña que el Mesías ben Yosef, que tenía que morir como un sacrificio agradable para HaShem, tenía que ser un hombre perfecto, sin imperfección, sin pecado, sin yetser hará. Si Yeshúa hubiera sido imperfecto, con defecto, no serviría como sacrificio delante de HaShem, cf. Efesios 5:2.
22:22 “Los que estén ciegos, quebrados, mutilados, o con verrugas, úlcera seca o úlcera húmeda, no los ofreceréis a HaShem, ni haréis de ellos una ofrenda encendida sobre el altar a HaShem.” (LBLA revisada) – Según Rashí, un animal mutilado, en hebreo jaruts, “partido”, se refiere a un animal que tiene una pestaña partida o estropeada o el labio partido o estropeado.
22:31 “Así, pues, guardaréis mis mandamientos y los cumpliréis; yo soy HaShem.” (LBLA revisada) – La primera parte del versículo habla del estudio de los mandamientos de la Torá y la segunda parte de la realización de los mandamientos. No está permitido estudiar la Torá sin tener la intención de cumplirla, ni está permitido enseñar a otros si ellos no tienen la intención de cumplir lo que aprendan.
22:32 “Y no profanaréis mi santo nombre, sino que seré santificado entre los hijos de Israel; yo soy HaShem que os santifico” – El que intencionalmente quebranta los mandamientos comete profanación del Nombre de HaShem, en hebreo jilul HaShem, como está escrito en Ezequiel 36:20-31:
“Cuando llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre, porque de ellos se decía: Estos son el pueblo de HaShem, y han salido de su tierra. Pero yo he tenido compasión de mi santo nombre, que la casa de Israel había profanado entre las naciones adonde fueron. Por tanto, di a la casa de Israel: “Así dice el Señor HaShem: ‘No es por vosotros, casa de Israel, que voy a actuar, sino por mi santo nombre, que habéis profanado entre las naciones adonde fuisteis. ‘Vindicaré la santidad de mi gran nombre profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas. Entonces las naciones sabrán que yo soy HaShem’–declara el Señor HaShem– ‘cuando demuestre mi santidad entre vosotros a la vista de ellas. ‘Porque os tomaré de las naciones, os recogeré de todas las tierras y os llevaré a vuestra propia tierra. ‘Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. ‘Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. ‘Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas. ‘Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; y seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. ‘Os libraré de todas vuestras inmundicias; llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no traeré hambre sobre vosotros. ‘Y multiplicaré el fruto de los árboles y el producto del campo, para que no recibáis más el oprobio del hambre entre las naciones. ‘Entonces os acordaréis de vuestros malos caminos y de vuestras obras que no eran buenas, y os aborreceréis a vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones.” (LBLA revisada)
“seré santificado entre los hijos de Israel” – Este mandamiento de santificación de HaShem, en hebreo kidush HaShem, implica negarse a quebrantar un mandamiento, incluso bajo la fuerza, hasta estar dispuesto a dar su vida por ello.
Sin embargo está permitido quebrantar casi todos los mandamientos con el fin de salvar una vida, incluso la suya propia. Según el Talmud,[5] hay tres pecados que uno debe escoger la muerte antes de cometer, idolatría, relaciones sexuales prohibidas (por ejemplo incesto y adulterio) y asesinato.
Según nuestro Santo Maestro Yeshúa HaMashíaj, hay también otra cosa que no se puede hacer aunque uno tenga que dar su vida por ello, y es negar que Él sea el Mesías, como está escrito en Mateo 10:32-33, 39:
“Por tanto, todo el que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Pero cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos… El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará.” (LBLA)
En Hechos 3:23 está escrito:
“Y sucederá que todo el que no preste atención a aquel profeta, será totalmente destruido de entre el pueblo.” (LBLA revisada)
Es preferible morir antes que negar a Yeshúa.
Cuarta aliyá, 23:1-22
23:2 “Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas señaladas de HaShem, que vosotros habréis de proclamar como convocaciones de santidad, éstas son mis fiestas señaladas” (LBLA revisada) – En este capítulo se encuentra un resumen de todas las fiestas anuales que HaShem ha establecido para su pueblo. La Torá dice que estas son las fiestas señaladas de HaShem. Esto nos enseña que originalmente no son las fiestas del pueblo de Israel, sino de HaShem. El pueblo de Israel no las ha inventado, sino que han sido reveladas desde el cielo. Estas son las fiestas de HaShem y su pueblo ha sido hecho partícipe de estos momentos que son importantes para Él. En este programa festivo de HaShem está revelado todo el plan de redención para el mundo.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “fiestas señaladas” es moadim, plural de moed[6] que significa “tiempo y lugar señalado”, “cita”. Estas citas han sido fijadas por HaShem en el ciclo anual lunar. En estas citas HaShem está convocando a su pueblo para tener un encuentro especial con él. En estas citas Él ha decidido revelar todo su programa profético mesiánico para la redención del hombre y toda la creación. En estas citas HaShem ha estado interviniendo en la historia y seguirá interviniendo hasta que todo este plan se cumpla. HaShem no hace nada sin revelar su plan secreto a sus santos profetas, como está escrito en Amós 3:7:
“Ciertamente el Señor HaShem no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos los profetas” (LBLA revisada)
Y como Moshé fue el mayor de los profetas a él le fue revelado todo el consejo de salvación de HaShem y ese consejo está resumido en estas citas divinas que aparecen en este capítulo. El plan de redención de HaShem gira alrededor del Mesías, y por lo tanto, todas estas fiestas son mesiánicas en su esencia. El propósito principal que HaShem tiene con estas citas es revelar al pueblo de Israel la obra salvadora del Mesías Yeshúa desde el principio hasta el fin.
En el Salmo 104:19 está escrito:
“Él hizo la luna para las estaciones; el sol conoce el lugar de su ocaso.” (LBLA)
La palabra hebrea que ha sido traducida como “estaciones” es precisamente moadim, la misma palabra que aparece en Levítico 23. Este texto nos enseña que la luna fue hecha por causa de estas citas divinas que HaShem tenía establecidas en su consejo de redención por medio del Mesías desde la eternidad. La luna fue hecha con el fin de marcar cuándo serán los momentos de visitación divina entre los hombres. Ese es uno de los propósitos más importantes de la luna, como está escrito en Génesis 1:14-18:
“Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sean para señales y para estaciones (moadim) y para días y para años; y sean por luminarias en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominio del día y la lumbrera menor para dominio de la noche; hizo también las estrellas. Y Dios las puso en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para dominar en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.” (LBLA)
El sol, la luna y las estrellas fueron hechos, entre otras cosas, para marcar los moadim, los días y los años. Estos tres tipos de cuerpos celestiales son necesarios para establecer los moadim, pero la luna predomina sobre el sol y las estrellas porque marca el inicio de los meses. El sol marca el fin y el inicio del un nuevo día. Con la caída del sol empieza un nuevo ciclo, un nuevo día, como está escrito en Génesis 1:5b:
“Fue la tarde y fue la mañana: un día.” (LBLA)
La puesta del sol no es lo que marca el momento exacto del inicio del siguiente día, sino la aparición de las estrellas poco después de la puesta del sol. Cuando hay dos o tres testigos de estrellas visibles al ojo humano, es el momento preciso para empezar a contar el siguiente día. De esa manera hay una colaboración entre el sol, la luna y las estrellas para definir y determinar los tiempos señalados por HaShem.
La luna nueva marca el inicio de los meses. Al marcar el primer día de cada mes, se sabe cuándo hay que celebrar las fiestas anuales, que caen en los meses primero y séptimo. En esos dos meses están colocadas las fiestas de pesaj y sucot respectivamente. La fiesta de shavuot, que se celebra en el tercer mes, no depende de rosh jódesh, la luna nueva, sino del cómputo del omer. Por lo tanto, hay solamente dos lunas nuevas decisivas para las fiestas anuales, la luna nueva del primer mes y la luna nueva del séptimo mes.
“vosotros habréis de proclamar” – Las autoridades del pueblo de Israel tiene la facultad de proclamar finalmente el momento exacto cuándo hay que celebrar las fiestas señaladas, basándose en las señales de los cielos y en la Torá. Por lo tanto, para determinar las fiestas señaladas, hay una colaboración entre las señales de los cielos, la Torá de HaShem y las autoridades del pueblo de Israel.
“convocaciones de santidad” – Estas citas tienen que ser proclamadas como convocaciones de santidad, en hebreo mikraei kodesh. La raíz de la palabra mikrá[7] es kará[8] que significa “llamar”. Un mikrá es una convocación, una asamblea, una reunión pública. Esto nos enseña que es importante reunirse como congregación en todos estos tiempos señalados por HaShem. El que no se reúne en estas fechas no está cumpliendo el mandamiento de hacer una mikrá kodesh, una convocación de santidad. La palabra mikrá también significa “ensayo”. Así que estas fiestas son ensayos para algo mayor que va a venir, como está escrito en Lucas 22:15-16:
“y les dijo: Intensamente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que nunca más volveré a comerla hasta que se cumpla en el reino de Dios.” (LBLA)
Este texto nos enseña que el sacrificio del cordero de pesaj todavía tiene su cumplimiento final en el Reino venidero.
En Colosenses 2:17a está escrito:
“cosas que son sombra de lo que ha de venir” (LBLA revisada)
Todas las celebraciones instituidas por HaShem son sombras proféticas de lo que ha de venir en el futuro. Si estas celebraciones son ensayos para algo mayor que viene en el siglo venidero, ¿qué pasará con los que ahora no quieren estar presentes en los ensayos?
La palabra kodesh[9] significa “santidad”. Esto nos enseña que estas fiestas no incitan al pecado, a la perversidad o el yetser hará, sino a una vida en santidad, dedicada al servicio de HaShem. Estas fiestas no son para los dioses falsos de las naciones sino exclusivamente para encontrarse con el Dios de Israel. Como estas convocaciones tienen el carácter de santidad, es muy importante no incluir en ellas mezclas e influencias de las prácticas de las religiones paganas. No podemos profanarlas con elementos ajenos.
Como la palabra moed, “cita”, tiene que ver con un tiempo y un lugar, es importante que nos reunamos en el momento fijado en la cita y en el lugar fijado en la cita. Si dos personas fijaron una cita en una hora de cierto día y en un lugar específico, sólo logran tener el encuentro deseado si ambas se presentan en ese lugar a la hora fijada. Si una de ellas dice que no importa tanto el día de la reunión y llega un día tarde a la misma hora, no va a tener el encuentro deseado. Tampoco va a encontrarse con la persona en el día y hora fijados si decide ir a otro lugar.
HaShem citó a su pueblo para la tienda de reunión, en hebreo ohel moed, literalmente “la tienda de la cita”. Ese es el lugar de encuentro más importante. Luego fue reemplazado por el templo en Jerusalén. Así que el lugar de encuentro es el templo en Jerusalén en los días fijados por HaShem en el calendario hebreo.
23:3 “Seis días se trabajará, pero el séptimo día es shabat de reposo completo, convocación de santidad en que no haréis trabajo alguno; es shabat para HaShem dondequiera que habitéis.” (LBLA revisada) – El Dios de Israel ha fijado una cita en cada shabat semanal para encontrarse con su pueblo en todos sus lugares de asentamiento. Si alguien decide hacer una convocación de santidad el día siguiente no va a tener el mismo encuentro con el Dios de Israel, porque Él ha citado a su pueblo en shabat y él no va a cambiar su Torá hasta que pasen los cielos y la tierra.
Este texto habla del shabat como final de la semana. El primer día de la semana, llamado domingo, no es parte del fin de semana, sino el inicio de la semana siguiente. Según HaShem, la semana termina con el shabat. Durante seis días se puede hacer intervenciones en la creación, en hebreo melajá, pero el séptimo día es denominado shabat shabatón. Sólo un día más del año ha sido llamado de la misma manera, el yom hakipurim. Esto nos enseña que el shabat semanal y el día de expiaciones tienen el mismo grado de santidad. Ambos son llamados shabat shabatón, shabat de reposo completo, cf. Éxodo 31:15; 35:2; Levítico 16:31; 23:3, 32.
En las fiestas hay siete shabats anuales extras, aparte del shabat semanal. Uno de ellos es el yom hakipurim en el cual no se puede comer. En los shabats de las fiestas está permitido encender fuego para cocinar para ese día, cf. Éxodo 12:16. Entonces, desde el nivel remez, alegórico, podemos decir que de los siete shabats anuales de las fiestas se puede hacer algo de trabajo en seis de ellos, pero descansar totalmente en uno de ellos. El primer y séptimo días de jag hamatsot, el día de shavuot, el día de yom teruá, el primer y octavo días de sucot son seis shabats en los cuales está permitido cocinar. Entonces yom kipur es como el shabat del los shabats anuales, en el cual no se puede hacer ningún trabajo, melajá, ni cocinar. Así que yom kipur corresponde, en su relación con las demás fiestas anuales, con el shabat semanal, en su relación con los demás días de la semana.
23:4 “Estas son las fiestas señaladas por HaShem, convocaciones de santidad que vosotros proclamaréis en las fechas señaladas para ellas” (LBLA revisada) – Los hijos de Israel tienen la responsabilidad de anunciar estas fiestas anuales en sus tiempos respectivos. Esta responsabilidad fue asumida por el Sanedrín, la máxima autoridad legislativa, para que todos los hijos de Israel celebrasen las fiestas en el mismo momento. En la actualidad, la gran mayoría de los judíos siguen el calendario que fue elaborado por Hilel II en el año 358 de la era común.
Las fiestas mayores son las que han sido ordenadas por la Torá y se encuentran en Levítico 23. Las fiestas menores son las que han sido añadidas como resultado de acontecimientos históricos importantes en el pueblo judío. En total hay ocho fiestas anuales mayores divididas en dos grupos, cuatro en cada grupo:
23:10 “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando entréis en la tierra que yo os daré, y seguéis su mies, entonces traeréis al sacerdote un omer de las primicias (reshít) de vuestra cosecha.” (LBLA revisada) – El omer es una medida de capacidad de unos 2.5 litros. Aquí la Torá llama omer la ofrenda de harina de cebada, que es el mismo nombre que la medida. El omer es determinado como reshít, “primicias”, de la cosecha, lo cual hace referencia a la resurrección del Mesías Yeshúa, como está escrito en 1 Corintios 15:20:
“Mas ahora el Mesías ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron.” (LBLA revisada)
23:11 “Y él mecerá el omer delante de HaShem, a fin de que seáis aceptados; el día siguiente al shabat el sacerdote lo mecerá.” (LBLA revisada) – El Talmud[10] enseña que aquí se está refiriendo al shabat de la fiesta, es decir el 15 de nisán. Los saduceos enseñaron que se refiere al primer shabat semanal después del sacrificio de pesaj.
23:12 “El mismo día en que meciereis el omer, ofreceréis un cordero de un año sin defecto como ofrenda de ascensión a HaShem” (LBLA revisada) – Esto alude a la resurrección y ascensión de Yeshúa.
23:14 “Hasta ese mismo día, hasta que hayáis traído la ofrenda de vuestro Dios, no comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga tierna. Estatuto perpetuo será para todas vuestras generaciones dondequiera que habitéis.” (LBLA) – Esto nos enseña que la resurrección de Yeshúa es la base para que otros puedan beneficiarse del poder de la resurrección, simbolizado en los granos que salen de la tierra, como está escrito en 1 Corintios 15:35-44:
“Pero alguno dirá: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Y con qué clase de cuerpo vienen? ¡Necio! Lo que tú siembras no llega a tener vida si antes no muere; y lo que siembras, no siembras el cuerpo que nacerá, sino el grano desnudo, quizás de trigo o de alguna otra especie. Pero Dios le da un cuerpo como Él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo. No toda carne es la misma carne, sino que una es la de los hombres, otra la de las bestias, otra la de las aves y otra la de los peces. Hay, asimismo, cuerpos celestiales y cuerpos terrestres, pero la gloria del celestial es una, y la del terrestre es otra. Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria. Así es también la resurrección de los muertos. Se siembra un cuerpo corruptible, se resucita un cuerpo incorruptible; se siembra en deshonra, se resucita en gloria; se siembra en debilidad, se resucita en poder; se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual.” (LBLA revisada)
23:15-16 “Contaréis desde el día que sigue al shabat, desde el día en que trajisteis el omer de la ofrenda mecida; contaréis siete shabats completos. Contaréis cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo shabat; entonces presentaréis una ofrenda de espiga tierna a HaShem.” (LBLA revisada) – En tiempos del segundo templo había dos opiniones en cuanto a la manera de contar el omer, la farisea y la saducea. Los fariseos interpretaron que la primera palabra “shabat” en este texto se está refiriendo al primer shabat de la fiesta de jag hamatsot, panes ázimos, que cae el 15 de nisán cada año, cf. Levítico 23:6-7. También interpretaron que la segunda y tercera palabras shabat de este texto significan “semana”, que es uno de los significados de la palabra shabat. La traducción farisea del texto sería entonces:
“Contaréis desde el día que sigue al shabat (de la fiesta), desde el día en que trajisteis el omer de la ofrenda mecida; contaréis siete semanas completas. Contaréis cincuenta días hasta el día siguiente a la séptima semana; entonces presentaréis una ofrenda de espiga tierna a HaShem.”
Por lo tanto el omer se cuenta, según la tradición farisea, desde el día 16 de nisán cada año. De esta manera shavuot, pentecostés, siempre coincide con el 6 de siván cada año. Esta interpretación es la que predomina hoy en día en el judaísmo tradicional, que es una rama de los fariseos.
Los saduceos interpretaron que la primera palabra shabat se está refiriendo al shabat semanal siguiente al sacrificio de Pesaj, de manera que el omer siempre tenga que ser ofrecido el primer día de la semana. De la misma manera interpretaron la segunda y la tercera palabras “shabat” del texto como una referencia a los shabats semanales. De esta manera Shavuot, Pentecostés, siempre coincidiría con un primer día de la semana.
Los dos grupos tienen argumentos fuertes para afirmar su punto de vista.
Quinta aliyá, 23:23-32
23:27 “Pero el diez de este séptimo mes será el día de expiación; será convocación de santidad para vosotros, y humillaréis vuestras almas y presentaréis una ofrenda encendida a HaShem.” (LBLA revisada) – Este versículo empieza con un “pero”, en hebreo aj. Rashí dice que es por la distinción entre las personas que se arrepienten y las que no. También podríamos entenderlo como un contraste entre yom kipur y las demás fiestas. Ninguna de las otras fiestas son de expiación, yom kipur sí. En todas las otras fiestas hay alegría, en yom kipur no. En todas las otras fiestas se come, en yom kipur no, etc. Yom kipur constituye una fiesta única en su clase. Por eso se usa la expresión aj, “pero”, al presentar esta fiesta.
Sexta aliyá, 23:33-44
23:39 “Pero el día quince del séptimo mes, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, celebraréis la fiesta de HaShem por siete días, con cese en el primer día y cese en el octavo día.” (LBLA revisada) – Este versículo también empieza con “pero”. Rashí dice que es porque el sacrificio de paz adicional para la fiesta, musaf, se ofrece incluso si la fiesta cae en shabat.
Otra explicación sería: Como el verso 39 está en contraste con los versículos 37 y 38 que hablan de los sacrificios de todas las fiestas, se puede entender como que sucot constituye algo fuera de lo común en comparación con las demás fiestas. El versículo 40 muestra como hay que traer los arba minim, las cuatro especies, y regocijarse sobremanera delante de HaShem. Es la única fiesta que ordena un regocijo delante de HaShem. De esa manera sucot constituye algo diferente y por eso está la palabra “pero” en el versículo 39.
23:40 “Y el primer día tomaréis para vosotros frutos de árboles hermosos, hojas de palmera y ramas de árboles frondosos, y sauces de río; y os alegraréis delante de HaShem vuestro Dios por siete días.” (LBLA revisada) – En sucot hay un mandamiento para recoger cuatro tipos de plantas y alegrarse con ellas delante de HaShem. La Torá no especifica cuáles son todas. La tradición nos ayuda a identificar las cuatro, que son:
Hagamos un repaso breve por las ocho fiestas anuales y ver que todas ellas tienen varios aspectos. Los diferentes aspectos son:
Pesaj – el 14 del primer mes
Jag hamatsot – el 15-21 del primer mes
Omer reshít – el día después del shabat
Shavuot – 50 días después del omer reshít
Yom teruá – el 1er día del séptimo mes
Yom kipur – el 10 del séptimo mes
Sucot – el 15-21 del séptimo mes
Sheminí atseret – el 22 del séptimo mes
Como hemos dicho antes, todas estas fiestas revelan el plan de redención que HaShem tiene para el mundo por medio del Mesías Yeshúa. Las cuatro primeras están conectadas con la primera venida del Mesías, su muerte salvadora, su resurrección, su glorificación y el derramamiento del Espíritu. Las cuatro últimas están conectadas con la segunda venida del Mesías, su regreso para juzgar y limpiar a su pueblo y la tierra de todo pecado, su reinado milenial y luego el octavo milenio con los nuevos cielos y la nueva tierra.
En Colosenses 2:16-17 está escrito:
“Por tanto, que nadie os juzgue con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o shabat –cosas que son sombra de lo que ha de venir– excepto el cuerpo del Mesías.” (LBLA revisada)
Estos versículos no dicen que no debemos celebrar estas cosas, sino todo lo contrario. Lo que dice es que no debemos permitir que los de fuera nos juzguen cuando guardamos estas cosas.
La sombra no es rechazable, sino una forma pedagógica dada del cielo para enseñarnos acerca de las cosas celestiales. Una imagen se vuelve plana si no tiene sombras. Las sombras dan profundidad a la imagen. Estas sombras nos ayudan a obtener un conocimiento más profundo de la verdadera imagen que es la obra redentora del Mesías Yeshúa. Aunque tengamos el mismo objeto presente no podemos quitarle la sombra. La única manera de quitar la sombra es remover el objeto que proyecta esa sombra. Si quitamos las sombras de las cosas que han de venir, corremos el riesgo de no alcanzar aquello que las sombras anuncian. El texto dice que todo esto es “sombra de lo que HA de venir”. No dice “había” de venir. Todavía estas cosas señalan hacia lo que ha de venir en el futuro. Al celebrar estas cosas estamos ensayando y preparándonos para lo que ha de venir.
Vamos a presentar tres maneras de interpretar este texto:
Que nadie os juzgue – en el sentido de acusar por guardar y celebrar estas cosas. Si guardas estas fiestas, no permitas que nadie te acuse por ello.
Que nadie os juzgue – en el sentido de hacer halajá, dictar cómo se debe celebrar estas fiestas. Si vosotros como justos de las naciones lo estáis haciendo conforme a cierta tradición o ciertos ritos, no permitáis que se introduzca una tradición diferente en cuanto a cómo lo estáis practicando.
El texto griego tiene una conexión gramatical entre las primeras palabras del versículo 16 las últimas del versículo 17, dando el sentido: “Que nadie os juzgue…. excepto el cuerpo del Mesías.” Entonces hay que entender el texto así: “No permitáis que vengan otras personas que no son del Cuerpo del Mesías a dictar su halajá o su minhag (tradición, costumbre) en cuanto a cashrut, moadim, rosh jódesh y shabat. Todas estas cosas son sombras de lo que va a venir en el futuro cuando el Mesías Yeshúa vuelva. Por lo tanto, solamente los que creen en Yeshúa tienen el derecho y la capacidad para evaluar cómo los justos de las naciones deben guardar estas cosas.” Solamente los líderes que son del Cuerpo del Mesías tiene la autoridad para juzgar, en el sentido de dictar sentencia, en cuanto a las maneras de cómo los escogidos den entre las naciones deben guardar estas cosas. Consecuentemente, la halajá y las tradiciones judías no son para ellos más que puntos de referencia, pero no decisivas a la hora de definir su conducta en la Torá y en el Mesías.
Así que celebremos las fiestas, como está escrito en 1 Corintios 5:8:
“Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.” (LBLA)
Séptima aliyá, 24:1-23
24:22 “Habrá una misma ley para vosotros; será tanto para el forastero como para el nativo; porque yo soy HaShem vuestro Dios” (LBLA revisada) – No todos los mandamientos de la Torá aplican a todos los hijos de Israel y a los conversos, pero la misma Torá aplica a ambos grupos. No hay una Torá para el israelita nativo y otra para el prosélito.
Los que no son de Israel, los hijos de Noaj, no tienen que cumplir la Torá de la misma manera que un israelita, sino sólo unos cuantos mandamientos que están en la Torá.
Ahora, los conversos por Mashíaj tienen el estatus de hijos de Dios, el mismo estatus que un judío que ha sido regenerado en su espíritu por medio de Mashíaj Yeshúa. Sin embargo, hay mandamientos que aplican sobre el judío nativo que no aplican sobre los convertidos por el Mesías. Hay mucha enseñanza sobre esto en las cartas del shaliaj Pablo para los ex gentiles que han sido convertidos al Dios de Israel por medio de Yeshúa HaMashíaj.
24:23 “Moshé entonces habló a los hijos de Israel, y ellos sacaron fuera del campamento al que había maldecido, y lo apedrearon. Los hijos de Israel hicieron tal como HaShem había mandado a Moshé.” (LBLA revisada) – El procedimiento para la lapidación debería ser el siguiente: Empujar al condenado desde un lugar alto para aliviar su dolor, tirarle piedras, colgar el cadáver y enterrarlo antes de la caída del sol.
En esta parashá se encuentran los mandamientos 263 – 325 de los 613.
Prohibición para un cohén normal de volverse impuro por difuntos, excepto por algunos miembros de su familia especificados en la Torá, Levítico 21:1.
Precepto para un cohén normal de volverse impuro por algunos miembros de su familia especificados por la Torá, y para un Israel de hacer luto por un pariente cercano, Levítico 21:3.
Prohibición para un cohén impuro por un día de servir en el Santuario hasta la puesta del sol, Levítico 21:6.
Prohibición para un cohén casarse con una mujer ilícita, Levítico 21:7.
Prohibición para un cohén casarse con una mujer profanada, Levítico 21:7.
Prohibición para un cohén de casarse con una mujer divorciada, Levítico 21:7.
Precepto de consagrar la descendencia de Aharón el Cohén, Levítico 21:8.
Prohibición para el Cohén Gadol (Gran Sacerdote) de entrar bajo el mismo techo debajo del cual se halle un difunto, Levítico 21:11.
Prohibición para el Cohén Gadol (Gran Sacerdote) de volverse impuro por cualquier difunto, Levítico 21:11.
Precepto para el Cohén Gadol (Gran Sacerdote) de sólo tomar como esposa a una mujer virgen, Levítico 21:13.
Prohibición para el Cohén Gadol (Gran Sacerdote) de casarse con una viuda, Levítico 21:14.
Prohibición para el Cohén Gadol (Gran Sacerdote) de tener relaciones sexuales con una viuda, Levítico 21:15.
Prohibición para un cohén que tenga un defecto físico de servir en el Santuario, Levítico 21:17.
Prohibición para un cohén que tenga un defecto físico temporal de servir en el Santuario, Levítico 21:21.
Prohibición para un cohén que tenga un defecto físico de entrar en el Templo, Levítico 21:23.
Prohibición para un cohén en estado de impureza de servir en el Templo, Levítico 22:2.
Prohibición para un cohén en estado de impureza de comer alimentos consagrados (terumá), Levítico 22:4.
Prohibición para un individuo que no sea cohén de comer alimentos consagrados (terumá), Levítico 22:10.
Prohibición para el esclavo temporal o permanente de un cohén de comer alimentos consagrados (terumá), Levítico 22:10.
Prohibición para un incircunciso de comer alimentos consagrados (terumá), (carece de fuente explícita; se aprende por kal vajómer).
Prohibición para una mujer profanada de comer alimentos consagrados, Levítico 22:12.
Prohibición de comer alimentos de los cuales no se separó la porción separada (terumá) y el diezmo (maaser), Levítico 22:15.
Prohibición de consagrar animales con defectos para las ofrendas, Levítico 22:20.
Precepto de que un animal para ofrenda sea físicamente íntegro, Levítico 22:21.
Prohibición de provocar un defecto a un animal consagrado, Levítico 22:21.
Prohibición de rociar la sangre de un animal defectuoso en el Altar, Levítico 22:22.
Prohibición de degollar un animal con defectos para ofrendas, Levítico 22:22.
Prohibición de quemar los emurim (partes designadas) de un animal con defectos en el Altar, Levítico 22:22.
Prohibición de castrar a cualquier ser vivo, Levítico 22:24.
Prohibición de ofrecer una ofrenda con defecto traída por un gentil, Levítico 22:25.
Precepto de que una ofrenda animal tenga por lo menos ocho días de nacida, Levítico 22:27.
Prohibición de degollar a un animal y a su cría el mismo día, Levítico 22:28.
Prohibición de profanar el Nombre divino, Levítico 22:32.
Precepto de santificar el Nombre divino, Levítico 22:32.
Precepto de descansar el primer día de pésaj, Levítico 23:7.
Prohibición de realizar labores el primer día de pésaj, Levítico 23:7.
Precepto de ofrecer ofrendas los siete días de pésaj, Levítico 23:8.
Precepto de descansar el séptimo día de pésaj, Levítico 23:8.
Prohibición de realizar labores el séptimo día de pésaj, Levítico 23:8.
Precepto de ofrecer la ofrenda del ómer el segundo día de pésaj, Levítico 23:10-11.
Prohibición de comer pan de la nueva cosecha de granos hasta el 16 de nisán, Levítico 23:14.
Prohibición de comer grano tostado (kalí) de la nueva cosecha hasta el 16 de nisán, Levítico 23:14.
Prohibición de comer grano carnoso (carmel) hasta el fin del 16 de nisán, Levítico 23:14.
Precepto de contar el ómer, Levítico 23:15.
Precepto de ofrecer una ofrenda del trigo nuevo en shavuot, Levítico 23:16.
Precepto de descansar en shavuot, Levítico 23:21.
Prohibición de realizar labores en shavuot, Levítico 23:15-16.
Precepto de descansar en yom teruá, Levítico 23:24.
Prohibición de realizar labores en yom teruá, Levítico 23:24-25.
Precepto de ofrecer la ofrenda de musaf en yom teruá, Levítico 23:24-25.
Precepto de ayunar el 10 de tishrí, Levítico 23:27.
Precepto de la ofrenda de musaf el 10 de tishrí, Levítico 23:27.
Prohibición de realizar labores el 10 de tishrí, Levítico 23:27.
Prohibición de comer o beber el 10 de tishrí, Levítico 23:29.
Precepto de descansar el 10 de tishrí, Levítico 23:32.
Precepto de descansar el primer día de sucot, Levítico 23:35.
Prohibición de realizar labores el primer día de sucot, Levítico 23:34-35.
Precepto de ofrecer las ofrendas de musaf todos los días de sucot, Levítico 23:36.
Precepto de descansar el octavo día de sucot, Levítico 23:36.
Precepto de la ofrenda de musaf en el octavo día de sucot (sheminí atséret), Levítico 23:36.
Prohibición de realizar labores el octavo día de sucot, Levítico 23:36.
Precepto de tomar el lulav (rama de palmera datilera) el primer día de sucot, Levítico 23:40.
Precepto de residir en una suká (choza) los siete días de sucot, Levítico 23:42.
[1] Strong H5315 nephesh, neh’-fesh, From H5314; properly a breathing creature, that is, animal or (abstractly) vitality; used very widely in a literal, accommodated or figurative sense (bodily or mental): – any, appetite, beast, body, breath, creature, X dead (-ly), desire, X [dis-] contented, X fish, ghost, + greedy, he, heart (-y), (hath, X jeopardy of) life (X in jeopardy), lust, man, me, mind, mortality, one, own, person, pleasure, (her-, him-, my-, thy-) self, them (your) -selves, + slay, soul, + tablet, they, thing, (X she) will, X would have it.
[2] Bereshit Rabá 85:10; Targum Yonatán Bereshit 38:10; Sefer HaYashar.
[3] Vayikrá Rabá 26:8.
[4] Biur HaMikdash 8:17.
[5] Sanhedrín 74b.
[6] Strong H4150 mô‛êd mô‛êd mô‛âdâh, mo-ade’, mo-ade’, mo-aw-daw’, From H3259; properly an appointment, that is, a fixed time or season; specifically a festival; conventionally a year; by implication, an assembly (as convened for a definite purpose); technically the congregation; by extension, the place of meeting; also a signal (as appointed beforehand): – appointed (sign, time), (place of, solemn) assembly, congregation, (set, solemn) feast, (appointed, due) season, solemn (-ity), synagogue, (set) time (appointed).
Strong H3259 yâ‛ad, yaw-ad’, A primitive root; to fix upon (by agreement or appointment); by implication to meet (at a stated time), to summon (to trial), to direct (in a certain quarter or position), to engage (for marriage): – agree, (make an) appoint (-ment, a time), assemble (selves), betroth, gather (selves, together), meet (together), set (a time).
[7] Strong H4744 miqrâ, mik-raw’, From H7121; something called out, that is, a public meeting (the act, the persons, or the palce); also a rehearsal: – assembly, calling, convocation, reading.
[8] Strong H7121 qârâ’, kaw-raw’, A primitive root (rather identical with H7122 through the idea of accosting a person met); to call out to (that is, properly address by name, but used in a wide variety of applications): – bewray [self], that are bidden, call (for, forth, self, upon), cry (unto), (be) famous, guest, invite, mention, (give) name, preach, (make) proclaim (-ation), pronounce, publish, read, renowned, say.
[9] Strong H6944 qôdesh, ko’-desh, From H6942; a sacred place or thing; rarely abstractly sanctity: – consecrated (thing), dedicated (thing), hallowed (thing), holiness, (X most) holy (X day, portion, thing), saint, sanctuary.
[10] Menajot 66a.
[11] Menajot 65.
Shema Israel Communities, é uma rede de Comunidades (sinagogas) de convicção messiânica, estabelecida em vários estados dos EUA, e em algumas cidades de alguns países como EUA, México, Guatemala, Costa Rica, Colômbia, Brasil e Espanha , na cidade de Málaga; As Sinagogas Shema Israel são estabelecidas com a visão de abrigar os Bney Anussim e aqueles que se identificam com Israel e o povo judeu. Cada comunidade está profundamente identificada com o Messias Judeu Yeshua haMashiach e os Escritos Apostólicos; Uma rede de congregações que observam a Torá, as Festas do Eterno e, claro, o Shabath e o Kasherut.